Microcuradurías de Archivo
#2 Paisajismo Sonoro

Curaduría e Investigación Noelia Muñoz

#1 Paisajismo Sonoro, nos involucra en la escucha consciente del mundo, desde los diferentes registros de Paisajes Sonoros que nos brindan cinco artistas chilenxs Rainer Krause, Valentina Villarroel, Cristián Pinto, Fernando Godoy y Miguel Hernández. Aportaciones que recibimos desde los diferentes desafíos que enmarcan sus líneas de trabajo, para acercarnos al concepto Soundscape en un estado experiencial transdisciplinar que caracteriza su práctica experimental dentro del arte sonoro. A partir de la atención subjetiva, llegamos al encuentro de estos espacios donde el registro de campo se convierte en una instantánea sonora que ofrece la vida en movimiento de un espacio y tiempo concreto, brindando la oportunidad de sentirse presente en él.

En la superación de nuestra educación visual, describimos como el sentido del oído amplía la captación de nuestro ambiente en un radio de observación de 360º, con ello trae un espectro literal y ambiguo que en ocasiones se hace difícil de resolver por encontrarnos en una sobre-estimulación constante. Murray Schafer en “la Afinación del mundo” (1976), prestó atención a estos sucesos entendiendo que podían mermarse trabajando desde la ecología acústica. Entonces, conscientes de la experiencia de un paisaje sonoro comprendemos que vivir su experiencia puede unirnos como comunidad bajo una memoria colectiva de nuestros entornos.

El concepto Paisaje Sonoro, fue empleado por primera vez por Michael Southworth, después por Bukminster Fuller, cuando nos hablaba de las modificaciones que el hombre había cometido sobre este mismo. Sin embargo será Murray Schafer quien desplegará sus aspectos principales, explicando que existen espacios sonoros de alta y de baja fidelidad. De modo que mientras que los primeros nos permiten reconocer la multitud de capas que los componen, los segundos se encuentran sitiados por el ruido conduciéndonos a un nivel de incomprensión que hace imposible descifrarlos. Lo que nos haría comprender que nuestro mundo se encuentra en un campo humano-ecológico situado entre el ruido y el sonido. Por otro lado nos explicará que el soundscape, se analiza desde sus distintas capas, partiendo de un fondo donde se encuentran los sonidos tónicos, y distintos planos de dimensión audible lugar donde habitan los eventos, señales y marcas sonoras. A su vez Bernie Krause, determina categorías taxonómicas para clasificar los sonidos de estos planos; Así nos habla de Geofonías, Biofonías y Antropofonías que describen nuestro conocimiento temprano sobre el mundo. En el trabajo de registro, los y las paisajistas sonoras se inclinan en ocasiones por la búsqueda de estos sonidos para determinar el interés que les mueve a realizar sus registros de campo, muchos escogen desempeñarse en submundos como la Bioacústica, que determina la comunicación entre seres vivos. Estas menciones pueden ser examinadas en un espectrograma de paisaje, donde a través de sus intervalos conocemos donde se encuentra la determinación de los planos del sonido, banda de frecuencia e impacto, siendo posible determinar el equilibrio sonoro de un ecosistema.

Muchxs paisajistas han desarrollado su propia técnica de captación, debido a que la escucha es una experiencia personal que en muchos casos se lleva a cabo desde la propia búsqueda íntima del individuo. Sin embargo, se ha de destacar que la captación del objeto sonoro está sumergida en una acción de transitar los territorios con un estado de escucha consciente, que vincula al paisajista con la contemplación del paisaje que registra. Surge en este ámbito el concepto de deriva como una manera de caminar sin búsqueda, donde la diversidad de los grandes espacios nos encuentra.

Rainer Krause

Hoyerhagen/Alemania

Rainer Krause, es un artista sonoro y visual natural de Hoyerhagen, Alemania. Formado en Artes plásticas y Música por la escuela superior de artes de Bremen. Cuenta con estudios en Historia y teoría del arte por el instituto Alemán de estudios radiales de la universidad de Tubinga. Tras recorrer distintos países de Latinoamérica llega a Chile en 1987 lugar donde reside desde aquel momento. Desde 1985 ha participado en muestras individuales y colectivas en Estados Unidos, Europa y Latinoamérica. En 1998 inició la docencia universitaria como profesor de Artes Plásticas en la Escuela de Arte de la Universidad Católica de Santiago. Actualmente es profesor de la Universidad de Chile y coordinador del Diploma de Postítulo en Arte Sonoro, tarea que con la creación de proyectos artísticos y curaduría de muestras, eventos y otros proyectos vinculados al arte sonoro y el paisajismo desde el año 2005.

Práctica

Destaca su importante contribución desde la docencia, la creación y la curaduría por definir y poner en práctica la comprensión del universo de lo sonoro y la capacitación e intervención del paisaje.
Cuenta con publicaciones como “Paisaje Sonoro en el espacio público”. Notas de Ciudad. Santiago, 2017 y “Acerca de los Objetos audibles” 2015. Ambos escritos por el Dpto. A. V. Universidad de Chile entre otras publicaciones curatoriales y catálogos de artistas.r>Ha diseñado propuestas curatoriales como Oscilaciones “Pensar el, trabajar con, Sonido en espacios intermedios” exposición, seminario, ciclo de performance, (MAC, Santiago. 2008) y Kilometrópolis, dedicada al Paisaje Sonoro, convocando el registro y la construcción de documentación sonora sobre la ciudad de Santiago. (MAC, Santiago, 2010).
Su ejercicio de creación reside en la toma de registros sonoros del particular paisaje de Chile y Latinoamérica puestos en funcionamiento en soportes audibles, app o instalaciones que nos hablan de la transformación de las antropofonías y los medios naturales. Encontramos en este ámbito la plataforma “ La isla del reconocimiento” (2017), app colaborativa que recoge la captación de las costas de Latinoamérica, a modo de archivo construido con aportación de registros tomados con un dispositivo móvil.
Anteriormente incide en el estudio de la oralidad, en la practicidad y materia del lenguaje con obras que recogen antropofonías y las reproducen en soportes audibles “Cambiar la pronunciación propio nombre” (2005) y Captcha piece (2015). Aquí se distinguen diversas marcas sonoras que nos hacen reconocer idiomas, acentos y tónicas de diversos países.
Observamos otras reflexiones sobre la presencia de la fábrica en tiempos donde la producción ya es parte de la historia del postcapitalismo. Fluidaz-Liquideción (2010) es un estudio realizado en una cervecera en Vitacura Santiago, a través de las tomas de paisajes recuperados; goteo, golpeo de botellas y otros sonidos.
Paisaje Marginal con Sinfonía (2005) realizado a partir de elementos reciclados de baja calidad y captaciones de diversos barrios de Santiago.
Es destacable la participación en proyectos colectivos como Radioruido (2015) o su papel como Integrante en la Barricada Sonora (2020), colectivo que surge en Santiago durante la revuelta social de octubre, que en base a la improvisación libre en el espacio público, presentan el ruido como una manifestación más del descontento existente en Chile.

 

Valentina Villarroel

Concepción/Chile

Artista sonora nacida en la ciudad de Concepción, formada como comunicadora audiovisual, trabaja en el registro y documentación del entorno sonoro en la región del Biobío desde hace trece años, expresándose de igual modo desde la música experimental. Recibió sus conocimientos sobre “Bioacústica aplicada al bienestar humano y animal” de la práctica de Eva Julián, en el Centro Sound and Life, en Madrid, España. Co-directora de AOIR Laboratorio Sonoro y en Bowerbankii Osciladores. Ha participado en diversas instancias creativas y de investigación, como el festival Tsonami en Valparaíso o las experiencias denominadas «Caminatas de Escucha». Junto a la artista visual Camila Cijka cofundadora de Aoir Laboratorio Sonoro, desarrolla su propuesta interdisciplinaria que rescata el sonido como marca fundamental, aportando una Cartografía Sonora de la región del Biobío AOIR, entre sus múltiples actividades.

Práctica

Su trabajo se basa en la capacitación, revisión y análisis de los paisajes sonoros recorridos en la región del Biobío, se inclina por el entorno natural que ofrecen las geofonías propias; registros de la flora y la fauna, con ello favorece la observación de los conflictos ecosociales sureños, donde se ha acercado a la comunidad de manera constante y contributiva.
Como otrxs paisajistas contempla y valorar la instantánea sonora que reside en la estética del objeto sonoro, sin embargo sus investigaciones la han llevado a valorar la bioacústica desde la experiencia particular que aplica la escucha de estos medios en el bienestar de los seres vivos, reconociendo como ciertos ecosistemas son beneficiosos para la salud.
Sus primeras experiencias la llevan al reconocimiento de unos paisajes sonoros de una villa cercana en 2012, para concentrarse después en el estudio profundo de los humedales, en un viaje personal que la ha llevado a reconocer desde la escucha la experiencia particular de estar en el territorio.
Desde sus trabajos podemos entender las fricciones que se desarrollan en los ecosistemas acuáticos del sur, aportando la conciencia sobre la ecología acústica en la defensa sobre la regresión de los espacios naturales desde el avance inmobiliario, la intervención sonora en la vida de especies, su desaparición o desecación. Aunque en ocasiones también ha prestado atención a marcas sonoras urbanas o eventos sonoros como la revuelta del 18 de Octubre.
En 2009 surgen los talleres, junto con la artista visual Camila Cijka, más tarde en 2014, se convertiría en AOIR Laboratorio sonoro, para trabajar en el reconocimiento local de la sonosfera con la proyección de numerosas actividades como; talleres, conciertos sonoros-visuales, performance, caminatas de escucha.
Su mirada nos hace conscientes de que existe un pulso vibratorio de la tierra y que une en un circuito a todos los seres vivos, todo se encuentra en una constante vibración aunque nuestros oídos no están capacitados para escucharlo. Desde su planteamiento el sonido nos uniría como comunidad y de igual modo queda como testimonio de la pérdida de la biodiversidad y nuestra contribución a esto con el avance de la contaminación acústica.
Valentina presenta una larga lista de trabajos desde los que poder entender su forma de captar el paisaje sonoro y sus principales intereses;Allkun Paisajes Sonoros de los humedales procesados (2013), Paisajes Sonoros I (2014), Confinacúsitco Paisajes Sonoros de Contulmo (2017), Paisajes Urbanos (2018), Mares (2018), Paisaje Sonoro de San Rosendo (2018), 18 de Octubre (2019), Aislamiento (2020).

 

Cristián Pinto

Santiago/Chile

Artista experimental, Ornitólogo, trompetista e Ingeniero natural de Santiago, ha desarrollado su trabajo en el área del paisaje sonoro dedicando especial atención al campo de la bioacústica y en especial al estudio de los cantos y manifestaciones de las aves, la ornitoacústica. Desde su experiencia en tecnologías de la información ha realizado grandes contribuciones en el campo de la ecología del paisaje sonoro, la ecoacústica. Coordinador del Club de Bioacústica ROC – CBR, siendo guía turístico de observación de aves en Chile y países del Neotrópico. Formó parte de la Sociedad Ornitológica Chilena desde el año 1989 a 1995. Actualmente colabora con la Red de observadores de aves y vida silvestre de Chile, ROC desde 2009. Participa desde 2011 con la fundación Xeno-Canto donde ha aportado con más de 700 registros sonoros sobre distintas aves. Trabajó durante el 2020 con el Museo Bioacústico en un proceso de colaboración en diseño estratégico. Desde la música experimental ha realizado un proyecto sonoro bajo el nombre de Pintoi, en alusión al descubrimiento de especies en la vida ornitológica.

Créditos fotografía: Geraldine Pacheco

Práctica

Para Cristián Pinto, la comprensión y captación del paisaje sonoro se encuentra profundamente ligada al campo de la Bioacústica insertos en el mundo particular de la ornitología. Una pasión que inicia a una edad temprana gracias a la cercanía de personajes como “Don José” vendedor de aves passeriformes, quién le inserta en el mundo de la ornitología.
Más tarde su familia se involucró en la cría de especies de avifauna, lo que le permitió una escucha privilegiada. Por muchos años participó de forma familiar en la contribución al campo científico de las aves, siendo miembro de la Sociedad Ornitológica Chilena desde el año 1989 hasta 1995.
Su consciencia cambiará después sobre el cautiverio, despreciando “las jaulas” en una búsqueda consciente sobre los valores principales de la ecología acústica, giro que le lleva a la práctica de la denuncia a entidades interesadas en el buen trato sobre las especies.
Sus primeros pasos en el registro bioacústico, se realizan con equipos sencillos que contienen monitores y micrófonos hipercardioides que le ofrecen la oportunidad de tener una experiencia reflexiva sobre el estar en el espacio sónico, que con el tiempo le llevaran a una escucha más analítica que le permite diferenciar los distintos dialectos de las aves. El desarrollo de su práctica le llevará a elaborar un diseño subjetivo sobre el paisaje sonoro usando altas tecnologías instaladas en lugares estratégicos de escucha autónoma.
Desde la Roc, red de observadores de aves de Chile, ejecuta el club de bioacústica realizando investigaciones sobre el campo, formando y estandarizando conocimientos como: Análisis espectrales, grabaciones de campo, escucha profunda, etc.
Su labor de recopilación y armado de archivos de registros ornitoacústicos, le ha llevado a poder desplegar investigaciones sobre la catalogación del canto de las especies. Aquí destaca su participación con la plataforma Xeno-Canto, donde ha alojado más de setecientos registros sonoros sobre aves. Muchos de estos documentos sonoros han sido procesados de forma electrónica en su trabajo experimental Pintoi, donde encontramos obras como “Nativo EP”, realizado junto a AKM.
Ha contribuido con varias publicaciones sobre el comportamiento y el canto de especies como; “La tenca de alas blancas – mimus primus” con Manuel Ignacio Azocar, para el boletín chileno de ornitología (2014). “Golondrinas de mar en la cordillera de Chile”, junto a Rodrigo Barrios y Rodrigo Silva en la Chiricoca (2017) . Breeding Sites, Distribution and Conservation Status of the White-Vented Storm-Petrel Oceanites gracilis in the Atacama Desert, Ardea (2020). «El registro sonoro como una mirada ornitológica: ornitoacústica» Revista Aural, (2020).
En el trabajo de Cristian Pinto, las captaciones de paisajes sonoros se realizan con el interés de análisis y caracterización de lugares para observar la variabilidad en términos de frecuencia del territorio. Así sucede en las catalogaciones sobre el canto del Pingüino de Humboldt o sus últimas investigaciones que ha realizado sobre la aparición de colonias de aves oceánicas en el desierto de Atacama, que han sido recientemente descubiertas, ayudado por la captación de registros ornitoacústicos tomados con grabadoras acústicas autónomas que han sido exhibidos durante el 2020, en el Museo de arte contemporáneo, Ballroom Marfa en Texas, EE.UU.

Fernando Godoy

Artista y paisajista sonoro, dedicado a la investigación del sonido y la escucha como experiencia y fenómeno social. Director del Festival Tsonami donde desarrolla su tarea como gestor y curador de distintas iniciativas desde hace más de diez años. En sus creaciones artísticas destacan numerosas obras radiales, instalaciones sonoras, composiciones experimentales, performances sonoras y proyectos web que han sido presentados en distintos países como; Chile, Perú, Canadá, Colombia, Estonia, Italia, Australia, Grecia y Alemania. Actualmente continúa sus tareas con Tsonami, al tiempo que aporta nuevas miradas desde el centro B.A.S.E -Base de Artes Sonoras y Experimentales-, ofreciendo una línea de exposiciones que promueven desde su co-curaduría las artes sonoras, la Revista de Arte Sonoro y Cultura Aural, el Sello Tsonami, entre otros.

Práctica

Licenciado en Música por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso e Ingeniería Electrónica por la Universidad Federico Santa María, desarrollará sus intereses en la investigación del sonido a través del planteamiento del Proyecto Tsonami, festival anual que tiene lugar en la ciudad de Valparaíso desde el año 2007, donde se congregan artistas sonoros nacionales e internacionales, que a través de distintas actividades; conciertos, residencias, talleres, conversatorios, etc., investigan sobre el terreno las posibilidades del sonido a través de la activación de dispositivos sonoros, captando e identificando de igual modo, objetos, marcas y eventos sonoros propios de la ciudad. Sus prácticas inciden en el desarrollo y puesta en funcionamiento del concepto de “escucha” como uno de sus principales objetivos en el intercambio de conocimientos en grupo. Más tarde el Festival fue dando lugar a una serie de despliegues como son ; Radio Tsonami y sello discográfico Tsonami Records, el centro B.A.S.E, la publicación Aural, entre otros.
En el marco de sus creaciones Fernando Godoy, impulsa elementos urbanos del cotidiano, para ponerlos en funcionamiento desde distintas perspectivas, estas acciones pueden observarse en la revisión de obras como Concierto de Ciudad (2012), Et Migrandi (2013) realizada con Felipe Araya y Rodrigo ríos, Concierto de Buques (2016), Concierto para camiones de Gas (2018), Coro de pregones (2017). Todas ellas son experiencias estéticas que revelan grandes claves del territorio desde el uso del paisaje sonoro y sus diferentes sonidos: Geofonías, Biofonías y Antropofonías, planteando combinaciones que salen del marco de la experiencia en la que estos habitan e incluso en ocasiones estos elementos entran en un trabajo de procesado electrónico que realzan matices de especial trascendencia para el medio. Sus trabajos incurren en la defensa, cuidado e identificación del patrimonio sonoro. Grandes valores que podemos observar en los numerosos registros de campo que se alojan en la plataforma “Audiomapa” cartografía sonora de Latinoamérica que se nutre de un poblamiento de archivo libre y colaborativo.
Para Godoy, el sonido es una experiencia del cuerpo en un territorio, que por su ambigüedad lejos de la experiencia visual, ofrece la captación de una realidad en distintas capas de sentido que hacen si cabe más literal el conocimiento del mundo que nos rodea. Su escucha se activa desde la reivindicación de la sonoridad latinoamericana, como un ingrediente particular dentro del medio global por su marca sonora descrita entre el caos y lo onírico.

Miguel Hernández

Músico, artista sonoro, gestor cultural y documentalista de archivo de la ciudad de Valparaíso. Su producción se desarrolla en torno a la música experimental, el paisaje sonoro, la improvisación electroacústica y el arte sonoro, focalizando sus investigaciones en las dimensiones estéticas y sociopolíticas del sonido. Ha realizado numerosos viajes en busca de la investigación y recopilación de sonidos de los paisajes, haciendo presentaciones en directo con sus elementos procesados; En Sudamérica ha viajado por Argentina, Perú, Ecuador, Bolivia y en Europa por España, Polonia, Francia y Portugal. Forma parte del Colectivo No, proyecto de improvisación ruidista en Chile. En España es miembro de LAANG, cuarteto madrileño de electrónica experimental. Es diplomado en Arte Sonoro por la Universidad de Chile y Máster en Composición Electroacústica y Nuevos Medios del Centro Superior de Música Katarina Gurska. Madrid, España. En 2014, fundó la plataforma Sónec Sonoteca de Música Experimental y Arte Sonoro, en la que trabaja como director. La extensión de Sónec ha permitido la incorporación de numerosas actividades inspiradas en el Paisaje Sonoro Urbano como la Cartografía sonora de la Ciudad de Valparaíso, encuentros, talleres de registro, conciertos, composiciones y emisiones en directo sobre la sonoridad de los cerros porteños. Destacan en este ámbito el espacio editorial ((En))Clave Sonora y la Biblioteca de Sonidos.

Práctica

El trabajo de campo de Miguel Hernández, se inclina por la captación del Paisaje sonoro urbano, donde la prioridad de práctica reside en el rescate y revalorización de la anécdota o detalle del patrimonio sonoro. Para ello escoge como punto de partida la ciudad de Valparaíso como principal fuente de registro movido por un sentimiento de arraigo al territorio que posibilita un diseño subjetivo del espacio sónico rico en matices locales.
De forma posterior ha desarrollando el interés por las recopilaciones de antropofonías a partir de la experiencia del viaje, desde el concepto de “la deriva” en una acción de pasear sin rumbo donde los objetos sonoros nos encuentran al paso.
Su escucha subjetiva nos habla de las relaciones humanas desde la captación, análisis y reflexión de la oralidad, donde de forma consciente aparecen numerosos diálogos para conversar un amplio espectro de temáticas desde distintos puntos de las ciudades del mundo. Ya sea desde la intimidad de los espacios domésticos, a las grandes superficies que plantea el espacio público, reparando de forma particular en los lugares de descanso y ocio donde la vida transcurre. Así en sus trabajos nos encontramos con conversaciones anecdóticas y marcas sonoras características tomadas en la ciudades de Ica (Perú), Copacabana ( Bolivia), Wroclaw (Polonia) o Madrid(España) donde concretamente desarrolla una investigación a partir de la toma de diferentes paisaje sonoros de los bares de Puente de Vallecas.
Recogidos en una composición llamada “ De tó la vida”(2019).
Sus primeras experiencias con la toma de registros de campo son en 2012, donde la acción de escuchar reside en estar con uno mismo en silencio recibiendo de forma sonora el medio en el que habita. Sus intereses en aquel momento se inclinan por la materialidad estética de los sonidos que capta. Sin embargo con el desarrollo de su práctica la intervención comunitaria y el trabajo de cooperación le ofrecen la posibilidad de situarse en el contexto político del territorio adquiriendo en su actividad resultados de reidentificación, posicionamiento ideológico y una óptica de gran carácter antropológico. Es por ello, que se da a las continuas caminatas sonoras por los cerros de Valparaíso, en busca del hitos o del rastros que los diferencia y los hace únicos por la naturaleza de sus realidades. Este trabajo ofrece una gran cantidad de geolocalizaciones albergadas en la cartografía sonora realizada por Sónec, sobre comportamientos humanos, sonidos de ambiente, y conflictos inherentes a la ciudad. Muchas de estas señales sonoras están desapareciendo, “ El afilador de cuchillos”, “ El vendedor de escobas” o el “ publicitario por megafonía”.
Desde estos parámetros ha desarrollado multitud de actividades; Talleres de escucha desde Sónec, recuperaciones de ambiente sonoro del Mercado de Antigüedades de la Merced (2016), obras para la radio experimental de Tsonami como la serie para el proyecto Micro-historias porteñas: Hallazgo (2018) y Pregón Escobero (2018). Para radio casera Tsonami y espacio Áncora realiza “La compra” (2020), registro que relata la experiencia de ir al mercado en los permisos que ofrece el primer confinamiento en Valparaíso.
Cuenta con discos como; Grabaciones de campo: Sudamérica (2016), Grabaciones de campo: Europa (2018), Final (2020) y Concierto Transformando (2021), realizado con registros de la ciudad tomados antes del estallido de la pandemia. La escucha Vaciada (2020) convocatoria realizada desde Sónec, para recoger registros sobre el confinamiento de las ciudades.

Microcuradurías de archivo, #2 Paisajismo Sonoro, realiza un recorrido por distintos espacios geográficos dentro y fuera de Chile con la intención de ofrecer la posibilidad de mostrar el abanico ambiental al que se enfrentan nuestros sentidos en un viaje de reconocimiento facilitado por numerosos registros de campo. El diseño personal del paisaje sonoro, nos trae numerosas problemáticas para generar una conciencia sobre la desaparición de los sesgos que nos identifican como comunidad, involucrando estos trabajos en el levantamiento, recuperación e identificación del Patrimonio Sonoro. Al tiempo que desde la captación de planos que permite el sonido, somos capaces de entender cómo el avance del pensamiento extractivista, el calentamiento global y la falta de educación ecológica, está generando grandes desastres ambientales.
El ruido se inserta en los distintos mundos, interviniendo en la proliferación de la fauna y la flora. Es por ello que como Murray Schafer advirtió, es necesario una limpieza de oídos, que en el descanso del silencio permita una nueva percepción, que haga posible experimentar un estado de clariaudiencia, donde se descifran con mayor facilidad los matices del paisaje sonoro que nos envuelve.
En esta segunda Microcuraduría hemos viajado a través de la experiencia estética que nos ofrece Vallentina Villarroel, en los humedales de Concepción donde se da una situación de alteridad en la naturaleza por el avance inmobiliario de la zona. Cristián Pinto, nos lleva hasta la Laguna de Batuco, para mostrarnos la biodiversidad de las aves, que aún resiste al tratado privado de los grandes tenedores de agua Chile. Fernando Godoy nos traslada a la muestra de una señal sonora característica del desastre medioambiental del siglo, el deshielo de los polos, en el ejemplo del Glaciar Grey de las Torres del Paine. La isla [reconocimiento] de Rainer Krause, nos acerca a la experiencia marina de Dichato, territorio resistente a grandes catástrofes naturales, para terminar con el reflejo de conciencia y cambio de un país en plena transformación social relatado desde el conteo de votos del plebiscito de Octubre 2020, que nos ofrece Miguel Hernández.

Rainer Krause

Dichato
Región del Bíobío/Chile, 2018

Proceso de obra

Registro costero del pueblo marítimo de Dichato, situado a 37 km de la ciudad de Concepción en la región del Biobío, el cual presenta una bahía cerrada de aguas frías pero tranquilas. Fue muy afectado por el terremoto y posterior Tsunami del 27 de Febrero de 2010, donde el mar destruyó todo lo que quedó a su paso. El registro nos ofrece varias capas sonoras donde se manifiesta una perspectiva general de masa de aguas en movimiento, un fondo de lancha marina con señales sonoras de aves acuáticas, las cuales reconocemos como gaviotas. La toma de Dichato se encuentra alojado en La Isla [reconocimiento] (2017), proyecto de arte medial creado por el artista sonoro Rainer Krause, a medio camino entre el net art, el archivo y la instalación. El proyecto invita a todos los usuarios interesados a tomar registros de campo con utensilios de fácil acceso -como dispositivos móviles-, para construir una cartografía sonora de las costas de Latinoamérica de forma libre y colaborativa.

Material Complementario

Dichato / 2018

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Valentina Villarroel

Amanecer en el humedal
Concepción/Chile, 2014

Amanecer en el humedal

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Proceso de obra

Es un registro de campo que nos muestra una de las principales investigaciones de la paisajista sonora Valentina Villarroel, acerca del registro los humedales de Concepción, compilado en el disco Paisaje Sonoro I (2014), donde se puede reflexionar acerca de los conflictos ecosociales que los determina; la desaparición de hectáreas provocadas por el crecimiento inmobiliario de la ciudad, o el relleno artificial de sus superficies en contra de la proliferación de sus especies. Los humedales cuentan con una amplia biodiversidad descrita en especies endémicas tales como; Aves acuáticas, reptiles y ranas que han visto mermada su capacidad de vida por la aplicación de políticas extractivistas ejercidas en el territorio. Incluso algunos humedales han desaparecido del inventario nacional a causa de la desecación o su eliminación por la necesidad inmobiliaria. En nuestra acción de escucha discriminamos la aparición del sonido que generan las alas de un conjunto de grillos y cigarras, que se presentan como tónicas predominantes del ambiente acuático de estos paisajes, entre otras marcas sonoras del medio. La paisajista explora en este disco la bioacústica de la región del Biobío, en un esfuerzo de generar una toma de conciencia de las problemáticas que enmarcan este hábitat, su valor y disfrute responsable.

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Caleta Tumbes / 2014

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Campanil / 2020

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Cristián Pinto

Laguna de Batuco
Región Metropolitana/Chile, 2021

Laguna de Batuco

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Proceso de obra

El registro ornitoacústico del paisajista sonoro Cristian Pinto, muestra una instantánea de la biodiversidad del humedal de la Laguna de Batuco, situado entre las comunas de Lampa, Tiltil y Quilicura, a unos 34 kilómetros al norte de la ciudad de Santiago. El Humedal cuenta con una superficie de 14.800 hectáreas, considerado uno de los espacios naturales más importantes de la región Metropolitana.
Se trata de un espacio de concesión privada, que refleja la problemática sobre la tenencia privada del agua en el país y las consecuencias de esa mirada extractivas.
A este espacio ha llegado una gran comunidad de aves acuáticas, entre las que encontramos residentes, migratorias y aves ocasionales como podría ser la gaviota dominicana. En las zonas centrales nos encontramos con especies como el Pato colorado, el Pato cuchara, el Pato jergón grande, Tagua de frente roja, Becacina pintada y Pidencito, Pato rinconero. También encontramos una parte de la comunidad que no se considera ave acuática como el Bailarín Chico, El pequén, La Loica y la Tortolica cuyana. Los registros ornitoacústicos que dan signos de su bioacústica han sido tomados con grabadoras acústicas autónomas en 2021, de modo que permiten una escucha no intrusiva en largos procesos nocturnos.
Para Cristian Pinto, la vinculación con la laguna de Batuco, aguarda una observación de larga tradición por tratarse de un lugar al que ha asistido desde su infancia. Por tanto es posible descifrar grandes cambios y detalles en los procesos de caracterización y espectrogramas del lugar que el paisajista genera. En Batuco ya se han cometido varios daños medioambientales que guardan relación directa con la construcción de infraestructuras, la modificación de cauces de los afluentes de la laguna y alteración del ecosistema en perímetros de mayor biodiversidad.

Material Complementario

Floresta del Pantanal en Poconé Brasil / 2019

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Golondrina de mar negra / 2021

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Fernando Godoy

Goteo del Glaciar Grey
Torres del Paine / Chile, 2013

Goteo del Glaciar Grey

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Proceso de obra

Nos encontramos ante la toma de campo del registro sonoro, del paisaje del Parque Nacional Torres del Paine, experimentando los sonidos que ofrecen los glaciares localizado en su parte occidental de hielo sur. Registro de campo realizado por el paisajista sonoro Fernando Godoy en el año 2013, durante su segundo viaje de investigación de lugares afectados por el cambio climático.
La masa de este glaciar se estimaba en el año 1996 en una superficie total de 270 Km2 y 28 kilómetros de longitud. Uno de sus caracteristicas principales reside en el espectaculo de color que ofrecen sus masas de hielo con una apariencia azulada que varía de acuerdo a la absorción de la luz a un color rojizo. Actualmente se encuentra en retroceso debido al cambio de temperaturas regionales, aquí experimentamos el evento sonoro de la realidad climática a la que asiste el mundo, la alarma que indica en el aumento de volumen de la aguas de los mares y océanos a causa del deshielo y con ello la incapacidad generalizada de las especies que viven en esas capas. El registro narra una escena del desastre eco-sonoro tomado en una cueva al borde del glaciar, la secuencia sonora se encuentra alojada Audiomapa, cartografía sonora de Latinoamérica.

Material Complementario

El Teniente, Machalí / 2014

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Lagunas Altiplánicas / 2012

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Miguel Hernández

Conteo hacia la dignidad
Valparaíso / Chile, 2020

Conteo hacia la dignidad

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Proceso de obra

Es un registro de campo, tomado en la ciudad de Valparaíso por el paisajista sonoro Miguel Hernández en un colegio electoral, durante las elecciones realizadas para el Plebiscito Nacional celebrado en Chile durante el 2020, con el objetivo de consultar a la ciudadanía el mecanismo a utilizar en el proceso constituyente para redactar una nueva constitución. El registro fue titulado, “Conteo hacia la dignidad” y nos muestra el evento sonoro que tuvo lugar el 25 de Octubre. Este evento fue de una sensación sonora particular debido al contexto de pandemia en el que nos encontramos, además resultó ser la primera experiencia para el país de este tipo desde el año 1988, que concluyó con una notable diferencia en favor del apruebo y con gran participación. El registro de campo muestra una antropofonía de la oralidad de las votaciones, donde de manera repetitiva se cantan los resultados y se cuentan los votos como tónica dominante sobre un fondo que describe manipulaciones de objetos como papeles, bolis, urnas. También se captan en la lejanía sonidos de conversaciones, alarmas de mensajes de móvil y movimiento de personas por la sala.

Material Complementario

Cruce Afroamericano Perú / 2016
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Agua de Atahualpa / 2016

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