Microcuradurías de Archivo
#3 Tecno(lógicas):
Creadoras sonoras en Chile 2004-2013

Curaduría e Investigación Noelia Muñoz

Microcuradurias de archivo #3.Tecno(lógicas) Creadoras sonoras en Chile (2004-2013), plantea una revisión del trabajo de seis artistas chilenas, que han dispuesto el sonido en el centro de su análisis realizando producciones artísticas desde la mirada y el espacio que ocupan las tecnologías en sus métodos de trabajo. A partir de la exploración creativa de Bárbara González, Mónica Bate, Graciela Muñoz, Ana María Estrada Zúñiga, Claudia González y Alejandra Pérez observamos la particularidad interdisciplinar inherente a las expresiones artísticas que ofrecen sus reflexiones en base a la conexión existente entre la ciencia, el arte y la tecnología.

El segmento de tiempo que tratamos (2004- 2013) hace referencia a un contexto artístico que recoge el desarrollo y primer asentamiento de las TICs, tecnologías de la información y la comunicación (1990), apoyado por la aparición de los dispositivos multifuncionales de acceso a la sociedad (2000), que culminó con la llegada del Internet of things, como una estancia más que consigue naturalizar la conectividad de numerosos dispositivos a nuestro alrededor.

Estas renovaciones no solo han generado una aceleramiento en las fórmulas de vida de las sociedades,- como sucedió en las revoluciones industriales modernas-, si no que además nos inducen a un camino de percepción y asimilación de las propuestas artísticas mediales y sus fórmulas de investigación aplicada, por contar con un acercamiento al orden masivo de información que rompe la barrera del silencio intelectual y ponen en juego la capacidad del control de circulación de materialidades de consumo de información en el manejo de grupos en red, así lo muestran teorías como “El filtro Burbuja” de Eli Paiser.

A través de las estrategias marcadas por las artistas en Microcuradurias de archivo #3.Tecno(lógicas) Creadoras sonoras en Chile (2004-2013), entendemos como la obra se convierte en el resultado de una investigación que ha adoptado las múltiples formas del conocimiento científico a partir del estudio experimental de campos como; la kinestesia, la hidroscopia, la piezoelectricidad, los fenómenos de la ionosfera, el estudio de la ausencia total de sonido, o la voz como componente.

En la experiencia estética se ven materializadas las traducciones de saberes que demuestran sus finalidades, variando en función de la interpretación que tienen de la tecnología y su desarrollo variable. Interviniendo en ella, desde la construcción de dispositivos al servicio de la prueba de hipótesis, en la que se muestra el interés por los objetos descolgados de la digitalidad, en un trabajo de refundación de la materia. Este carácter experimental recoge la poética de la seriación en cuanto a la prueba y el error se refiere, ofreciendo en sus trayectorias repeticiones de propuestas artísticas que invierten en la búsqueda profunda. El afán del espíritu crítico y propositivo emerge de estas creaciones, no solo por la manera de proceder desde un High o Low Tech creando dispositivos y máquinas que ofrecen soluciones utópicas o prácticas a la exposición del problema, si no que atraviesan la intervención desde el Hacking como metodología.

Las producciones artísticas presentan temas de interés que han sido ignorados o distorsionados por los circuitos de opinión pública, ofreciendo espacios para la divulgación de problemáticas y fenómenos que guardan relación con la ecología y la administración de sus recursos, la intervención de temas sobre la percepción o las problemáticas humanas revisadas desde la relación del cuerpo y la máquina. Incluso en la multitud de perspectivas sobre la manipulación de la tecnología existe cabida para incentivar biomedios que intervienen en la identidad de estos humanos enfrentados a lo digital.

Bárbara González

Artista Sonoro-visual natural de Santiago, Licenciada en Artes Visuales con mención en pintura por la Universidad de Chile y Master Producciones Artísticas e Investigación en la Universidad de Barcelona. Inicia su creación en la disciplina pictórica, rompiendo sus marcos cuando incorpora a esta elementos de múltiples campos estéticos como son; el lenguaje, los objetos, gran parte de signos performáticos en combinación con el uso de tecnologías análogas y digitales.
La expansión de la técnica la lleva a conformar ensambles sonoro-visuales que a lo largo de su carrera aborda las relaciones existentes entre el espacio y el tiempo. Esta propuesta es conocida como “ Acción Rizoma” y representa una experiencia estética que da comienzo en el año 2006, poniendo en marcha una exploración que ha llegado hasta la actualidad, elaborando alrededor de 80 acciones numeradas que describen su producción artística.
Ha participado en numerosos festivales y muestras destacando algunas como; Sur Aural, Festival de Arte Sonoro Latinoamericano, Bolivia (2020) ; Galería Gabriela Mistral, Santiago de Chile (2019); Museo de la Solidaridad Salvador Allende, Santiago de Chile (2019); Festival Internacional de Cine Biobio, Concepción, Chile (2019); Festival tuned city, Acts of Listening, Ancient Messene, Grecia (2018); SIMUC, Semana Internacional de la Música Contemporánea no 40, Lüneburg Alemania. (2018); Sala Anilla, MAC Museo de Arte Contemporáneo (2017); Festival Internacional de Música Experimental, Sao Paulo (2016); Tsonami, Festival Internacional de Arte Sonoro Valparaíso (2019-2018-2017-2016-2015-2013), (2015); REHEAT-SEHR, Multidisciplinary Festival at Kleylehof, Austria (2014); Escuchar– Sonidos Visuales, Museo de Arte Moderno de Buenos Aires (2014); In-sonora MNCARS Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid España (2012)

Práctica

Desde el concepto de “rizoma” trabaja el sentido de las ramificaciones que adopta el lenguaje del arte, al intervenir diversos medios en busca de la conexión de aquello que se quiere contar. Aquí la narrativa de la obra se eleva desde un estadio de elementos difusos, que camina entre medios, a la deriva en busca de nuevas direcciones.
A partir del año 2006, entran en funcionamiento la visión de amalgama de elementos electrónicos, instrumentos, fragmentos de aparatos que entran en una composición, retirados de su cotidianidad para construir un lenguaje propio y concreto de lo que se conoce como “ensamblaje sonoro-visual”.
Instrumentos musicales, juguetes electrónicos, mecanismos a cuerdas, parlante-luminosos, hasta electrodomésticos, circuitos DIY (do it yourself) emergen en una instalación que atrapa los sentidos entre juegos de luces y alteración de espacios. El cuerpo se presenta como un activador ante la variedad de elementos, que desempeña la función del enlace al tiempo que los atraviesa.

Acción Rizoma, es una propuesta que abarca un proceso de experimentación, que lleva a la obra a una constante construcción; donde muta y se re-compone de forma necesaria en los contextos que se le presentan, ya sean arquitecturas, geografías etc.. La recolección como práctica, resignifica la poética alrededor de los objetos que han quedado desactivados, esta tecnología fósil vuelve, para ser reformuladas al servicio del aparato estético. De este modo elabora su discurso, que se establece con la activación del cuerpo de la artista y los efectos que generan la sintaxis de luz y sonido.
Las combinaciones afloran gracias a una partitura sonoro-visual que se conecta a las distintas dimensiones estéticas que ofrece; el vídeo, las experiencias sonoras, plásticas y el juego escénico de la totalidad instalativa.

 

Claudia González

Artista medial, docente y gestora de proyectos educativos en arte y tecnología, procedente de Santiago. Licenciada en Artes visuales en la escuela de Arte y Cultura Visual de la Universidad Arcis, y posteriormente Magíster en Artes Mediales por la Universidad de Chile. Su trabajo pone en funcionamiento la relación de diversos campos como la tecnología, la ciencia y el arte.
Su propuesta gira en torno a la materialidad de los soportes análogos, tecnológicos y digitales, trabajando procedimientos para su instalación sonora, haciendo uso electrónica experimental o el grabado.
Desde lo material como concepto surgen transformaciones que tienen que ver con el objeto tecnológico, el estado medioambiental o el ámbito sociocultural.
Junto a Constanza Pinza, fundará Chimbalab (2008-2012), proyecto laboratorio, enfocado a trabajar de forma comunitaria con el barrio de la Chimba, un espacio donde confluyen prácticas que vinculan el arte, la ciencia y la tecnología desde la complejidad de su geopolítica. Ha participado en encuentros, festivales y bienales, realizando en estas instancias talleres, charlas, Open Hardware, experimentación electrónica y cultura DIY, donde destacan el Festival LIWOLI (Austria), SOL (España), EEII (Croacia),FILE (Brasil), Sudex (Argentina), Tsonami (Chile) y la BVAM (Chile), Festival de la Imagen de Manizales (Colombia). Actualmente es docente en la facultad de arte de la universidad de Chile, labor que combina con la gestión de proyectos educativos y su producción de arte como artista medial.

Práctica

Claudia González, ejerce de nuevo una práctica sobre el uso del recurso tecnológico, el diseño y construcción de dispositivos, desde el estudio de “la materialidad”, descubriendo la poética que aguarda el objeto y su composición en post de la carga discursiva que emite.
De este modo, en la recuperación de la “fórmula hechiza” o la revalorización de aparatos desactivados su obra presenta el caracter presente en la esencia latinoamericana, descrito por Claudia como “ algo propio”. Desde el uso de elementos como el cartón, alimentos como “la papa” o el agua, levanta una reflexión sobre la ecología y el territorio, que habla de su determinaciones económicas, políticas y culturales usando elocuentes estrategias estéticas desde el manejo de la tecnología experimental.
Su trabajo presenta una sintaxis entre el arte, la ciencia y el desarrollo estratégico del uso de las tecnologías.
Inicia sus pasos de manera intuitiva en 2005, con recursos como el vídeo, la instalación o trabajo con el telar, presentando un juego que establece contactos entre el lenguaje de la imagen audiovisual y el trabajo del tejido distinguiendo sus paralelos comunicativos.
A través de su formación “en artes y nuevas tecnologías” se implica en una reflexión sobre su uso y manipulación de forma crítica. A partir de ese momento comienza una inmersión por la fusión de esta, con los lenguajes plásticos; dibujo, grabado en diálogo con la impresión de circuitos electrónicos, desde una operatividad que se inicia de forma autodidacta. 003 Dispositivo (2014) y Concertinas: Máquinas de papel (2015), son obras que ponen en práctica estás formas de trabajo.
Este camino, la lleva a la formación de Chimbalab (2008 – 2019), con la artista medial Constanza Piña, un espacio donde confluyen prácticas que vinculan el arte, la ciencia y la tecnología inmersas en una espacialidad local, donde se ponen en consonancia las realidades locales, que muestran apariencias sobre la sociedad del momento, de esta unión surgen trabajos como; Proyecto emisora (2010), dispositivo portable que se alimenta de la energía de patatas o limones realizado por y para el mercado de la vega central o Art Meets Radical Openness (2012) donde se trabajan la intersección del arte y la tecnología, utilizando la low tech y el concepto de “ obsolescencia” para construir nuevos aparatos sobre sistemas energéticos de manera autosustentable.
En 2011, inicia una reflexión sobre los conflictos asociados al derecho del agua, creando instalaciones de gran valor escultórico y estratégico que investigan la conjugación del agua y la electricidad. Aquí aparecen materias como el metacrilato, el cristal, el cobre y el uso de dispositivos electrónicos que dan sentido a la relevancia sonora de sus obras. Esta experiencia estética se da a partir del descubrimiento de “la capacidad del agua como resistencia variable, para poder producir cambios en la frecuencia de los sonidos”.
Estas obras- estudio son planteadas como laboratorios para reflexionar acerca del significado del agua como abastecimiento para la vida, su administración y capacidad de movilización. Así se presentan varios monitoreos ambientales sobre la caída de las lluvias o los cursos de los ríos. En este desarrollo podemos observar obras como; “The Water Resistance’s Laboratory Toboggans y continuará con Laboratorio Interactivo Agua, Colombia, (2013), Hidroscopia Mapocho, Santiago (2017), Hidroscopia Loa, Santiago (2018), “The Water Resistance`s Laboratory Toboggans” (2016), Valparaíso o Hidroscopia / Loa (cu) (2019).

La enseñanza es una constante en su trabajo, como docente se ha interesado en el rescate de saberes marginados de las ciencias y la tecnología dominante. Algo que se puede observar en sus estudios sobre la“ Hidroscopia”, rescatando prácticas como “la rabdomancia” y “la radiestesia”. Es por ello, que ha revisado el hacer de los oficios populares o saberes ancestrales, llevados a su trabajo desde la recreación de prácticas artesanales o los talleres de barrio.

Mónica Bate

Artista medial y académica natural de Santiago, es licenciada en Artes Visuales por la Universidad de Chile, especializándose después en Arte y Nuevas tecnologías en la misma institución. En Nueva York, estudiará en el Harvestworks Media Art Center, realizando un Máster posterior en ITP -Interactive Telecommunications Program -, obteniendo el título de Max/MSP Jitter Certificate Program. Su trabajo en nuevos medios se ha enfocado al uso y estudio del sonido desde la reinterpretación de las tecnologías y la ciencia. Se desempeña como docente en la Universidad de Chile, en el departamento de Artes Visuales para continuar en la formación de alumnos de grados y postgrado. En 2011, fue productora del Museo de Arte Contemporáneo Santiago, generando proyectos TIC´s, desde “ Anilla Cultural Latinoamérica – Europa”, red de co-creación y participación de artistas entre ambos continentes, en el uso intensivo de las tecnologías y la comunicación e internet de segunda generación. También trabajará en la Escuela de Sonido de DOUC-UC. Desde 2014, forma parte del directorio Fundación Flores, instancia que ofrece un cruce entre el arte y la ciencia. Su trabajo ha sido expuesto dentro y fuera del país en numerosos puntos de Europa, Sudamérica y EE.UU, donde destaca la circulación de proyectos destacados como; Acoustic Views (2004), Strings (2011) y The Life of Crystals (2012) la serie IS3 (2014) Junipero (2021) junto a Francisca Morand y Javier Jaimovich.

Práctica

Sus trabajos se enmarcan en un ámbito de creación conocido como «los nuevos medios», donde la artista diseña experiencias artísticas que combinan los mundos de la tecnología, la ciencia y el estudio de fenómenos asociados al sonido como centro de su trabajo.
Desde la infancia se encuentra interesada en la construcción de objetos con elementos en desuso, contemplando de forma temprana la importancia de la materialidad que existe en estos, al no superar la franja de la innovación digital.
En la forma de trabajo de Mónica Bate, la presencia y estudios de los objetos da lugar a “la idea de creación”, iniciando con ello una acción de pensamiento fragmentario que se traduce en un hacer constructivo, de-constructivo o re-simbolizador.
En este camino se desarrollan nuevas líneas de sentido representadas en imaginarias biológicas, políticas o posthumanistas que muestran cómo el proceso científico a través del arte, nos acerca a los rincones más oscuros que existen entre el cuerpo y la máquina.
La observación es un elemento clave en sus creaciones, emerge desde la selección, recopilación y agrupación de elementos que construyen la experiencia estética.
A partir de los 2000, se empieza a interesar por la fusión del arte y las tecnologías de acuerdo a la cercanía que tenía con estas máquinas. Entra en contacto con numerosos géneros del momento como Net Art, la inteligencia artificial, Bio art o Data art, entre otros géneros.
Sus producciones artísticas involucran al público en el conocimiento de la obra, donde los cuerpos ponen en marcha los mecanismos y se convierten en un elemento cuando interaccionan con sus sentidos. De esta manera las obras se complementan, así lo observamos en el caso de Acoustic Views (2004) – sobre la impronta de voces en un contestador- o en Strings (2011) – donde las manos del público ponen en marcha la instalación.
Las obras de Mónica Bate, exponen su discurso desde la aplicación de estrategias que conllevan demostraciones tecnológicas y científicas, presentando temas de interés sobre la relación del ser humano con las tecnologías, en cuanto a su percepción, uso y sentido. “T.A.T” (2008), narra una reflexión sobre el lugar de estos medios y su injerencia transgeneracional, en “IS3: Ejercicio 1” (2010), se discute sobre los estados psicoemocionales de estrés, desde el uso de resonancias magnéticas, binarios y sonidos. Este fenómeno se sigue investigando en “IS3: Ejercicio 2, 2B, 2C” (2012), donde se traducen los estímulos cerebrales a datos escritos desde un dispositivo creado.
Otras reflexiones abarcan miradas científicas sobre el contraste entre lo natural o lo artificial como en “The life of Crystal” (2013). En esta línea podemos observar la propuesta de Bio Art que ofrece “Feed Me” (2009) donde la tecnología eléctrica y la tecnología vegetal coexisten ofreciéndose vida la una a la otra.
Sus últimos proyectos colectivos involucran el sonido, la tecnología y el cuerpo desde la danza contemporánea. Junípero (2021), es una instalación modular creada a partir de investigaciones previas en un laboratorio High Low Tech en Massachusset, con la doctora Jie Qi, que permite una escultura cinética a partir de la adhesión de un papel.
Esta creación involucra al público en la discusión de la relación de unión-interacción que existe entre la relación cuerpo y objeto en nuestra vida cotidiana, desde una tecnología silenciosa y grácil. El proyecto se desarrolla en conjunto con Francisca Morand y Javier Jaimovich.

Ana María Estrada Zúñiga

Artista sonora y docente de la ciudad de Santiago, que ha dedicado sus investigaciones teóricas y prácticas al proceso de trabajo que rodea al sonido. Licenciada en Artes Visuales, por la Universidad de Chile. En 2015 se trasladó a Barcelona, para estudiar el Máster en Arte Sonoro donde reside desde ese momento. Actualmente es Doctoranda en la Universidad Politécnica de Valencia. Sus primeras experiencias con el sonido nacen de la relación que existe entre el discurso y el ruido”, observadas desde la práctica de intervención de tecnologías en desuso como casetes encontrados en su casa y antiguos reproductores de audio. Ha recibido gran influencia de tendencias y artistas como Fluxus, John Cage y Juan Downey, conocimientos de los que ha indagado de forma intensiva en sus trabajos teóricos. Entre sus publicaciones figuran: “Sonidos visibles” Antecedentes y desarrollo del Arte Sonoro en Chile(2010), un trabajo realizado junto a Felipe Lagos Rojas y “Tra(ns)ducciones invisibles. Hacia una lectura del Arte Sonoro a través de la obra de Juan Downey” (2016), sobre la obra del artista chileno. Sus primeras investigaciones están relacionadas con el espacio y la temporalidad construyendo escenarios sonoros que ejercitan la memoria. Realizando de forma temprana intervenciones en el espacio público, acciones y happening, vinculadas al concepto de “Arte-vida”. Actualmente desarrolla una investigación que ha puesto la voz como «materia» en el centro de su estudio, para analizarla desde una perspectiva migrante recogida en las lecturas de un feminismo decolonial. En esta secuencia podemos encontrar trabajos como “ Intervención Sonoro Feminista” (2016) o “Más que mi Voz”, Santiago (2019) o el disco “Je s(onne) uis Ana”, Barcelona ( 2021). Ha trabajado como docente independiente y universitaria, dictando talleres que nos hablan de numerosos ámbitos del Arte sonoro; Introducción al Arte Sonoro, Santiago (2010), Taller de experiencias sonoras, Buenos Aires (2013), Experiencias sonoras en el espacio público, Santiago (2014), Intervenciones Sonoras, Electrónicas Urbanas, Barcelona (2016), Más que mi voz, Santiago (2019). Fue profesora de la Escuela de Música de la Universidad de Artes y Ciencias Sociales ARCIS, Santiago, donde impartía el electivo “ El sonido como elemento estético” (2011). Ha participado en diversos festivales y muestras colectivas como el encuentro Arte Cruces sonoros, en el Museo de Arte Contemporáneo MAC (2012), el Encuentro de Arte Internacional Blenar, con la obra Origami Sustentable (2013), el Festival Vértex Barcelona (2015), Festival Umbral México (2016), Señales Aleatorias: Retrospectiva de Arte Sonoro 10 años, realizada por Tsonami (2016).

Práctica

En el trabajo de Ana María, hay un gran recorrido que se inicia con la práctica de la performance y el happening como fórmula para crear “espacios de escucha” un concepto que acompaña la totalidad de su obra. En este ámbito el público se involucra desde varias perspectivas; en ocasiones se presenta como interruptor o conductor y otras es un mero observador. La disposición del sonido es amplificado desde dispositivos electrónicos y biomedios donde el cuerpo es el mismo portador del mensaje, permitiendo una escucha natural. Así lo demuestran trabajos como “Mesa para 4”, (2011), Pacto de silencio (2015) o intervención sonora-feminista (2016), sin olvidar la obra para radio “Casa de resonancia”(2014).

En sus primeras creaciones interviene objetos que guardan una relación estrecha con la artista, estos actúan como depósitos de memoria. Algo que sucede con los casetes dispositivos de grabación usados entre 1970 y 1990, marcan una impronta de profundo sentir ideológico y estético en su modo de hacer, salvaguardados por la artista incluso cuando el CD, entró en la cotidianidad eliminando su potencial.
En su trabajo ha ido depurando el uso de tecnologías sin evitarlas del todo, -usando medios low tech- no enfatiza su contacto de acuerdo a su postura crítica; al preferir concentrarse en elementos a su alcance, estableciendo una coherencia con la condición estructural a nivel socioeconómico en Chile y en relación con el mercado artístico.
En “Zona Impermeable”, instalación dispuesta en Museo de Arte Contemporáneo de Santiago en el año 2012, se amplifica de un registro sonoro de una pareja heterosexual teniendo sexo, junto a elementos cargados de sentido que han sido recogidos en la calle; calendarios de mujeres desnudas, espejos rotos, etc..
La depuración de las tecnologías, aparecen en trabajos de gran sutileza en la nueva etapa donde la propia voz, se convierte en estudio de materialidad. La “Intervención Sonoro Feminista”, (2016), realizada para el festival umbral, nos ofrece una formula para entender como el cuerpo se convierte el conductor del sonido. En este estudio encontramos la obra “Je s(onne) uis Ana” (2021), donde a través de reproductores de audio se plantea el impacto postcolonial de la lengua francesa.

En sus últimas investigaciones, practica una metodología auto-etnográfica que le ha permitido absorber las distintas miradas y testimonios del pensamiento feministas descolonial encontrando en esto, nuevos dispositivos para repensar los efectos sobre el tratado de la voz.
Su práctica se eleva desde el descubrimiento de la corporeidad de la voz que amplifica en sus acciones, desde términos íntimos como “sentipensar”, reflexiona de su sentido e identidad en numerosos contextos.
A través del cuerpo como vehículo sonoro y fuente de exploración- en el eje “ Voz-escucha-cuerpa”-, se tiende un puente entre el arte sonoro y los feminismos que desde el ejercicio de la escucha se elevan nuevas formas de relación fuera de los patrones heteropatriarcales. Dando lugar con esto a nuevos “contextos de escucha” que invitan a la diversidad de las voces a expresarse en disidencia.

Graciela Muñoz Farida

Es compositora, violinista e investigadora, Licenciada en Música por la Universidad de Valparaíso, Magíster en Artes Mediales por la Universidad de Chile y Doctora en Filosofía, mención en Estética y Teoría del Arte por la misma institución. Trabajó en los estudios de música electroacústica de Fundación Phonos, Barcelona con Andrés Lewin-Richter. Junto a Cristian López fundaron el Laboratorio de Arte Sonoro en el año 2011 (labsonoro.cl), espacio de invención experimental alrededor del sonido, la composición y la investigación en el cual trabajan junto al músico y sonidista Sebastián Tapia. En el año 2017, surge Epitafio (epitafio.org), proyecto que recoge una serie de registros experimentales para estudiar la posibilidad del silencio en áreas naturales. Sus creaciones presentan la composición desde la experimentación concebida como una pregunta a partir de la cual, ingresa en diversas acciones y procesos de carácter poéticos o lúdicos que intentan transitar marginales en una normalizada musicalidad. Sus obras han sido presentadas en Chile, Latinoamérica y Europa. Entre las más destacadas figuran; Obra Mixta (2013), para ensamble, electrónica diy y electroacústica sobre archivos sonoros del Río Baker, El Sonido Recobrado (audiovisual, 2014), Arboleda (electroacústica y violín, 2011), “Música Maquinal” (2015), intervención electroacústica del paisaje sonoro del ascensor Reina Victoria, Valparaíso; Kai Aucan (dúo de contrabajos, 2016), “Epitafio – Tierra del Fuego” (2017). Registro de paisaje sonoro y creación de sitio específico, en coautoría con Juan Castillo y Cristián López.

Práctica

En el año 1995, inicia su formación en el plano de la música docta de tradición europea, enfocando su aprendizaje en la composición; algo que implicaría un largo proceso de concentración en su vida. Estudia instrumentos como el violín y el piano, en este proceso la academia la inclina a elegir entre el estudio del instrumento y la composición, siendo en este momento donde inicia un fórmula de aprendizaje paralelo que le permite indagar en los dos campos a la vez. La composición para la artista se comprende “como ejercicio escrito” en sentido clásico.
Más tarde se involucra en el universo de la electrónica y electroacústica donde toma contacto con Andrés Lewin-Richter, cercano al círculo del compositor Edgar Várese, que nutre de experiencias y fórmulas la estancia de Graciela en la Fundación Phonos en Barcelona.
El interés por la investigación de las fórmulas compositivas la lleva a escribir: “Una poética transpotencial. La obra de Tomás Lefever en la senda de la filosofía lupasquiana” (Tesis doctoral, 2020), donde persigue la idea de “partitura en potencia” –acuñada por el compositor Tomás Lefever– combinada con lógica dinámica de lo contradictorio que aguardan las reflexiones del filósofo Stéphane Lupasco. Aquí empieza a contemplar la posibilidad de la composición inscrita en otras formas de escritura, interviniendo en su investigación que también indaga en la práctica de la improvisación libre.
Para la artista, el paisaje sonoro era una disciplina familiar, ya que había elaborado un trabajo previo sobre “la sonosfera de la ciudad de Valparaíso”, en este periodo Junto a Cristian Lopéz, se involucra en una nueva experiencia de investigación, registro y composición sobre espacios naturales.
En 2011, fundan el colectivo Laboratorio de Arte Sonoro (labsonoro.cl), que se inicia con la experiencia de registro del paisaje sonoro del Río Baker, en la Patagonia Chilena, para realizar numerosas actividades que amplían los conocimientos sonoros sobre la naturaleza.
En esta línea observamos el proyecto Epitafio (2017), conjunto de registros experimentales que consisten en el estudio de las posibilidades del sonido en el medio natural. Aquí aparecen revisiones de lugares como la Ballenera de Quintay y Tierra del Fuego donde se presentan situaciones particulares, grabaciones debajo del concreto o un viento que indetermina todos los sentidos, desde aquí se estudia la incapacidad de los dispositivos electrónicos para poder hacerse cargo.
En el trabajo de Graciela Muñoz, intervienen factores como la memoria personal, en contraste con la memoria colectiva que recoge el lugar; así sucede con los ejercicios realizados en el río Petorca “El sonido recobrado”, lugar que forma parte de su infancia. En esta práctica intervienen los afectos y pulsiones que se depositan sobre los espacios para construir imaginarias comunes.

Alejandra Pérez (elpueblodechina)

Alejandra Pérez Núñez, t.c.c.“elpueblodechina” es artista sonora ruidista y hacktivista, natural de Punta Arenas. Doctora en Filosofía por la Universidad de Westminster, Inglaterra. Licenciada en Psicología y Estética por la Universidad Católica de Chile, Máster en Diseño de Medios por el Instituto Piet Zwart Rotterdam, Holanda. Presenta el sonido como centro de su trabajo, donde el ruido se convierte en un medio performativo, investigando con ello, los distintos fenómenos electromagnéticos encontrados en paisajes sonoros de ciudades y espacios naturales. En esta reflexión se genera un diálogo de superposiciones sonoras al dejar al descubierto las realidades captadas en las escuchas de baja frecuencia. En este ámbito ha ido construyendo al tiempo un fuerte trabajo colectivo con grupos y organizaciones de Europa, Canadá y Sudamérica, desde el que ha generado traducción de datos y conocimientos, construcción de dispositivos, mapeos, performance ruidistas entre otros proyectos. Ha realizado exposiciones individuales como; Hackeando Antártica, en el Museo de Arte Contemporáneo de la Universidad de Chile en Santiago. Hacking Antarctica, London Gallery West en Londres (2019). También ha participado en festivales y exhibiciones colectivas como Otros sonidos, otros paisajes en el museo MACRO en Roma (2017), el 15th International Festival of Extreme Experimental Music «Noise and Fury” en el DOM Centre» de Moscú (2016) y el Festival Transmediale, y Club Transmediale con Martin Howse Berlín (2008). En la primera década de los 2000 colaboró con colectivos de participación ciudadana y hacktivista en Barcelona y Bruselas así como en numerosos festivales, residencias y estancias de investigación en Rotterdam, Ámsterdam, Bruselas y París, Montreal, Moscú y Noruega. El año 2006 visita por tres meses Valparaíso y colabora con la Radioneta en el Espacio Ex-cárcel. En el año 2008 vuelve a establecerse en Valparaíso en Chile donde colabora con artistas y colectivos hacktivistas como el Taller de tecnología Libre de Valparaíso, Espacio G y CRAC Valparaíso. El año 2009 realiza Cartografía Sonora Antártica, proyecto con el que viaja a la Antártica a capturar sonidos imperceptibles. El año 2011 participa en el festival Piksel en Noruega donde realiza una performance en vivo con los sonidos de muy baja frecuencia (VLF) y sonidos grabados con hidrófono en la bahía Chile en Antártica. Entre el año 2012 y 2014, participa en la escena “noise” de Valparaíso realizando actos en vivo en jornadas como Alunizaje, Devotas del Ruido y las Fiestas Poseras, producidas por artistas como Kontra, Michel LeFranc y el Espacio G. En el año 2014 se adjudica la beca CREAM de la Universidad de Westminster en Inglaterra para sus estudios de Doctorado y se traslada a vivir en Londres. Luego de esto vuelve a Chile el año 2018 asentadose en la ciudad de Punta Arenas donde trabaja por tres años para el proyecto Centro Antártico Internacional en el Inach. Actualmente trabaja desde Peralillo en la provincia de Colchagua. Está vinculada como docente a la Universidad de Chile, colabora con el Doctorado de Estudios Interdisciplinarios de la Universidad de Valparaíso y con el Centro de Filosofía y Lógica (CEFILOE) de la Universidad de Valparaíso.

Práctica

Inició sus proyectos tecnológicos a mediados de los años noventa, en Chile. En los años 2001-2003 trabaja en Barcelona en el mapeo psicogeográfico de la ciudad con el colectivo Urbmedia. Esta tarea recoge influencias del pensamiento de Henry Lefebvre, Frederic Jamenson o la Internacional Situacionista, y se trata de una fórmula investigativa y experimental que ofrece la oportunidad de captar las claves que constituyen los ambientes sonoros de barrios de la ciudad. Zonas como El Raval, quedan documentadas desde la particularidad de los fenómenos sonoros que ofrecen las marcas encontradas en calles, azoteas o bares.
Más tarde encontramos trabajos que caminarán en órdenes relacionados como Radio territorios (2004), la radioneta FM, serie de transmisiones desde la ex-cárcel en su periodo de centro cultural autogestionado. Punto de encuentro para reflexionar acerca de la capacidad de interconectar diferentes localizaciones a través de la retransmisión de emisiones de radios de otras partes del mundo.

En su trabajo había acaudalado experiencias con la música y la recopilación de ruidos, sin embargo la estancia en Holanda, transformará sus prácticas al tomar contacto con filosofía y el hacer del software libre – Unix, Gnu-Linux y Pure Data.
Dentro de sus intereses investigativos, encontramos inclinaciones como la cibernética y al respecto organizó en conjunto son Steve Kovats y el Festival Transmediale de Berlín, dos conferencias, e “From Poetics to Systemics” o “De la Poética a los Sistemas” sobre el proyecto de proto internet Cybersyn y la conferencia de Humberto Maturana. Combinando esto, con influencias de amplio calado hacktivista que provenían de la estancia holandesa, en contraste de las corrientes que recoge de Barcelona enfocadas al urbanismo y los medios de registro.

En Rotterdam descubre una red extensa de creativos y pensadores de la tecnología, el arte y la cultura, con amplio sentido crítico que calará en su trabajo hasta el día de hoy. Resultado de estas formaciones nos encontramos con trabajos que crean sistemas telemáticos integrados como el streaming o la performance conectada.
“Picoroco”(2005) Bruselas-Valparaíso, es un ejemplo de esta práctica, denominado por Alejandra Pérez como “Circo patafísico” en alusión a Alfred Jarry y el estudio de las soluciones imaginarias, gracias a la creación de leyes que regulan las excepciones. Picoroco generaba una invitación a jugar en red, creando un setting con varios micrófonos y aparatos que emiten sonidos; de forma simultánea, Bots que se comunicaban entre ellos por chat, combinando esto en el espacio físico con una acción performática creada con circuitos caseros y feedback con microfotos.

La visualización semántica de texto en web, aparecerá más tarde entre sus labores, poniéndola en funcionamiento en entornos de afinidad como StudioXX en Montreal, así como la construcción de sonidos para vídeos en los trabajos de Bureau d’études de París, artistas que trabajan la creación de infografías del poder mundial.
Por otro lado también es invitada a una residencia artística en el Centro de Theremin de Moscú en el año 2007, donde podrá investigar sobre sensores, radio e historia de las artes basadas en la tecnología rusa. Algo que ha favorecido en la incursión de obras como; Propaganda electromagnética (2008), Radio Comunitaria de Codpa (2011) en el Altiplano chileno. Kashaskan Noise Andino (2013), desde la Paz hasta Antártica, un programa de Radio Arte para la Kunst radio de Viena. En Canadá, realizará una residencia en el Estudio XX, “mujeres y tecnología”.

En 2009 , inició una investigación a través de un viaje a la Antártica para grabar sonidos de baja frecuencia e imperceptibles al oído registrados con un receptor VLF y un hidrófono. Una tarea que devela la ionosfera de la Tierra, destapando “sonidos inaudibles a los sentidos desnudos”. En este proceso se crea un banco sonoro en línea que permite cartografiar estos sonidos imperceptibles, creando rastreos de registro en un entorno de 10 días dedicado al monitoreo ambiental.
Trabajo que ha continuado en otros ámbitos en sus investigaciones doctorales en Londres, sobre paisajes y frecuencias imperceptibles en sitios remotos.
Su actividad está enfocada a la atracción por lo imperceptible en el proceso elegido en el que se compromete, más que en concebir obras de forma usual, se desarrolla un método de aproximación donde en gran parte los casos se construye desde el sentido de lo efímero, ejercitando un perspectiva crítica en la traducción de conocimientos y fenómenos de su campo a las comunidades; donde en ocasiones ha podido instalar un trabajo de familiarización con la construcción de aparatos tecnológicos para su uso cotidiano, a través del hackeo, influyendo con ello en la ecología del lugar positivamente.

En Microcuradurias de archivo #3 Tecno(lógicas) Creadoras sonoras en Chile (2004-2013), se realiza una lectura de las producciones de seis artistas colaboradoras del acervo, a través del tratamiento del sonido que ofrecen la relación con las tecnologías y el universo investigativo.
Desde los ensambles sonoro-visuales de Bárbara González asistimos a una instalación de gran sutileza ruidista, protagonizada por la aparición de drones, glitch, cajas, efectos, cassette y vídeos que envuelven nuestros sentidos en un ejercicio kinestésico que paraliza el espacio-tiempo. Claudia González, consigue conectar el paisaje natural del agua, con las diferentes texturas de sonido del agua sintetizada, haciéndonos testigos del doble diálogo que circula en la infraestructura de los toboganes.
En otros procesos sonoros Mónica Bate descubre los fenómenos de la piezoelectricidad, reproduciendo las vibraciones del cristal; donde el sonido se materializa en una melodía que está compuesta a partir de una onda sinusoidal con diferentes frecuencias de resonancia.
Ana María Estrada Zúñiga plantea el sonido a partir de su propia corporeidad, resume sus movimientos desde el uso de low tech – micrófono de contacto-, que amplifica la fricción con el cartón, presentando su materialidad en un efecto ruido.
La aparición de presencias sonoras, en la instalación/intervención del paisaje sonoro trasladado de Graciela Muñoz, surge de la recuperación del site, en una traslación sintética del espacio natural. Para finalizar, la atracción por lo imperceptible aparece en las captaciones sonoras de Alejandra Pérez elpueblodechina, al traer a la superficie realidades inaudibles para el oido.
Detrás de cada propuesta sonora, hay una búsqueda determinada más allá del diseño, la composición y sus características. En este debate, la experiencia estética, nos trae la reflexión de la existencia en sí, de fenómenos y sucesos audibles poco comunes que toman la obra de arte como soporte de demostración.

Bárbara González

Acción Rizoma: Cajas Lumínicas
Santiago, 2006/2007

Proceso de obra

Acción Rizoma, es una obra sonora-visual de la artista Bárbara González, presentada como una experiencia artística expansiva donde se realizan una serie de ensambles sonoros- visuales desde elementos multidisciplinares de grandes matices. Desde el año 2006 se ha instalado en distintos circuitos; Galerías, museos, festivales y se ha fusionado con diversas disciplinas como la danza, las artes mediales, el cine, la música experimental, electroacústica, electrónica o el arte sonoro. La artista, en esta pieza numerada en distintas secuencias o ejercicios ha buscado la experiencia estética que involucra los distintos elementos con el cuerpo sin jerarquías. Entendido como un proceso en constante reconstrucción, variando de la combinación que el espacio y el tiempo otorga de las distintas perspectivas espaciales que brinda la geografía o arquitectura del lugar que se adopta como soporte, pero también junto con el propio contexto como detonante. La acción se da a partir de partituras sonoro-visual-corporal abiertas a la improvisación. En “Cajas Lumínicas” (2006-2007) asistimos a un patrón móvil de juego de luces intermitentes, que genera una sensación de imágenes proyectadas en movimiento situado y en los distintos espacios del soporte teatral que lo contiene: la acción es impulsada desde el cuerpo que emerge en un tramo de oscuridad, solo librado por la proyección que generan las pantallas de televisión, cajas de resonancia, líneas led,-imágenes de alarma, sintonización- el conjunto se une a secuencias sonoras experimentales; metrónomos, drones, glitch, intervenciones de voces grabadas, rebobinado de cintas y otros componentes que configuran un espacio visual de índole ruidista. Desde aquí se ejerce una intención de ofrecer a los participantes una acción rizomática donde se ejerzan nuevas lecturas de las posibilidades poéticas de los objetos y sus relaciones. Es importante reconocer la obra de Bárbara González como aparatos estéticos o “Campos de acción” que consiguen distorsionar la experiencia que tenemos sobre el espacio-tiempo desde un efecto kinestésico.

Material Complementario

Acción Rizoma: «Pulsaciones», Barcelona, 2011

Claudia González

TWRL «Toboggans».
Bogotá / Colombia, 2013

Práctica

Obra instalativa de la artista medial Claudia Gonzalez, realizada en 2013 en la ciudad de Bogotá, en la que encontramos un dispositivo de carácter escultórico que alterna el juego matérico de elementos como el agua, la electricidad y el sonido. Forma parte de la serie de investigaciones que lleva a cabo desde 2011, a través del fenómeno conocido de “la capacidad del agua como resistencia variable para poder producir cambios de frecuencia en los sonidos”. En estos procesos alterna la construcción de aparatos “máquinas” -como la artista ha definido-, donde se combina el uso de la tecnología experimental, la ciencia y el arte. En esta obra, se reflexiona acerca del control del agua como medio natural indispensable. La pieza está compuesta por una estructura de madera en dos torres, con recipientes acrílicos en su interior y un total de seis canales en cada una. Cuenta con una válvula solenoide que se activa y desactiva desde un microcontrolador arduino, en función de los datos de las caídas de agua mensuales en la ciudad de Bogotá desde 1972 a 2012. A través de sensores DIY, se detecta el agua y luego desde circuitos sintetizadores y amplificadores se traduce en sonidos sintetizados, contrastados con los sonidos naturales de la caída del agua en directo.

Material Complementario

Water Resistance, Santiago, 2011

Mónica Bate

The Life of Crystals
Nueva York / Estados Unidos, 2013

Proceso de obra

Es una obra sonora realizada en 2013, por la artista medial Mónica Bate, que relata el comportamiento piezoeléctrico de los cristales de Sales de Rochelle. La pieza se crea a partir de investigaciones científicas experimentales que exploran el fenómeno que habita en ciertos cristales, cuando son sometidos a tensiones mecánicas que dotan su masa de una polarización eléctrica. En este caso por medio del uso del high-tech se descubre que el cristal de Rochelle, ofrece vibraciones que permiten un resonancia, convirtiéndo a éste en objeto sonoro. Para traducir este suceso natural, se construye un dispositivo de escucha que hace posible amplificar la señal. En esta experiencia artística, el espectador descubre los aspectos íntimos que rodean a la arqueología de la electrónica, el sonido y las oscilaciones. La reacción de los cristales nos recuerda que estamos traduciendo fenómenos naturales de los que no somos conscientes, y que por tanto el uso de las nuevas tecnologías, ha podido transgredir la idea popular de que con ello nos separamos del mundo real o natural.

Material Complementario

The Life of Crystals, Nueva York / 2013

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Ana María Estrada Zúñiga

Caja de resonancia
Valparaíso / Chile, 2012

Práctica

Performance realizada por la artista sonora Ana María Estrada, en el año 2012, en el marco del Festival Interface 2.0. celebrado en el Parque Cultural de Valparaíso. En este ejercicio intervienen varios elementos como son el cuerpo, micrófonos de contacto y una caja de cartón de amplias medidas. La acción tiene una duración de treinta minutos desde el inicio de la construcción del dispositivo que aloja a la artista, hasta la sucesión de movimientos que se realizan reproducidos por un micrófono de contacto al interior de la caja-dispositivo, que interviene creando un “espacio de escucha” concepto propio que hace referencia al proceso de su obra.

Material Complementario

Zona Invisible / 2015

Graciela Muñoz Farida

El Sonido Recobrado
Rio Petorca, Valparaíso / Chile, 2013.

Proceso de obra

Instalación de la artista Graciela Muñoz, que deposita el paisaje sonoro de la corriente del Rio Baker en la región de Aysén, en el lecho seco del río Petorca en la V región. Ambos ríos, el presente y el desaparecido, son frutos de un conflicto geopolítico. Mientras que el Rio Baker está siendo amenazado por la construcción de una mega central hidroeléctrica que abastecerá de luz a todo el país, el río Petorca se desecó por efecto de la concesión y venta privada de agua. Sobre el lecho seco del río Petorca se disponen veintiocho dispositivos de audio, que durante ocho horas traen de nuevo el agua al cauce bajo una sensación sonora. La instalación permitía caminar por el pedregal que había dibujado la desaparición del agua en una intervención que equivocaba los sentidos y reivindicaba los desastres ambientales que se permiten en el país, por las prácticas extractivas de las que hace uso.

Material Complementario

Selk´nam, Santiago. 2012

Alejandra Pérez (elpueblodechina)

Cartografía Sonora Antártica
Isla de Greenwich / Antártica/ Chile, 2009

Cartografía Sonora Antártica / 2009

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Proceso de obra

Obra creada en 2009, por la artista sonora Alejandra Pérez, proyecto performativo que envuelve y documenta su viaje de diez días a la Antártica, con el fin de monitorear la ionosfera, a través de la búsqueda y registro de señales sonoras imperceptibles al oído, propias de su paisaje. Para ello emplea receptores de baja frecuencia y un hidrófono para escuchar bajo el agua generando un amplio trabajo de traducción de frecuencias que se encuentran entre los 3 a 300 hz del espectro audible. La experiencia se pone en práctica tras investigaciones previas en 2006, enfocadas en “el fantasma electromagnético como contaminación en un sitio urbano” realizada en ciudades de Europa y en colaboración con Spectral Investigations Collective en París y con el taller xxxxx en pickledfeet, Berlín. Estas indagaciones se generan desde el hackeo, la experimentación con tecnologías libres de código abierto, y aparatos de diseño abierto construídos por la artista. El proyecto se realizó con apoyo de la Armada chilena, y el Consejo de la Cultura y las Artes activando un viaje en barco desde Punta Arena hasta la base militar de Prat en la isla de Greenwich. De esta experiencia se construye un archivo sonoro de sonidos imperceptibles en el medio antártico, recolectado un gran número de registros audiovisuales y sonoros que relatan el curso de la travesía, la estancia y el trabajo de campo, materializados en cuadernos de fotografía, bancos de sonidos, y vídeos de expedición. El material recopilado en el proyecto ha sido presentado en varios puntos de Chile y el mundo bajo el título de la muestra “Hacking Antártica”: Madrid y Noruega (2014), Roma (2017), Londres, Santiago y valparaíso (2019).

Material Complementario

Performance Ruidista, Canadá / 2007