Microcuradurías de Archivo
#5 Músicas Improvisadas

Curaduría e Investigación Noelia Muñoz

Asistenta de investigación Javiera Marchant

Microcuraduría de Archivo #5 Músicas Improvisadas, revisa las contribuciones creativas de seis artistas chilenxs al campo de la improvisación libre, como espacio de estudio. De la mano de Ramiro Molina, Isidora Edwards, Cesar Bernal, Amanda Irarrázabal, Lukax Santana y Colectivo No, exploramos las características y matices que alberga esta disciplina procedente de la experimentación sonora, observando de este modo las particularidades que recogen sus obras.

La improvisación libre, es una práctica que ha sido comprendida por muchos como composición instantánea, generada en tiempo real, descrita como una forma de producir música en la puesta en escena que data de una gran antigüedad. Su estudio se ha problematizado desde distintas perspectivas como; La confrontación entre los términos composición e interpretación, el dualismo entre acciones propias del proceso pensar o/y crear, el comportamiento y la participación del cuerpo, y por último la experiencia de comunicación y trascendencia que viven sus participantes, en comparación con las formas de hacer músicas convencionales.

En la música improvisada, la traducción del discurso resultante, se encuentra sometida a un estado de preparación-improvisación, donde el artista genera una relación de conexión consigo mismx y con lxs otrxs; poniendo de relevancia presencias como la voz propia a través del instrumento, mientras se otorga atención a la lectura y acompañamiento sobre la voz de lxs otrx. Es de este modo como se inicia el juego entre participantes, en un resultado sonoro-relacional. La tradición académica, interpretó estas experiencias creativas como una actitud de desobediencia ante la autoridad musical. Incluso considerando en los inicios de la modernidad, desde una mirada eurocéntrica a este tipo de creaciones como “La música de los improvidos; como aquella que no está preparada, que no es previsora, que le falta lo necesario”.

La creación en este ámbito pasa por la superación del error, como cuerpo del discurso, que se acompaña de silencios, en un ejercicio de intersubjetividad donde participa el cuerpo en las distintas dimensiones de la experiencia. En su resultado, se ponen en funcionamiento los aparatos de la psicología cognitiva y las perspectivas de la semiótica, para elaborar una construcción de la narrativa musical en busca de un significado. Artistas como Ramiro Molina, han reflexionado sobre la naturaleza de la improvisación y sus efectos recordando a Heraclito, cuando nos dicen: “Si se mira el río pasar, es siempre el mismo y a la vez nunca es el mismo”.

La obra improvisada, a pesar de no someterse al soporte que la emite o la resguarda, ha sido aceptada por muchos improvisadores como una experiencia sonora dada a ser registrada, sin perder por ello su espontaneidad, aunque el acto performativo deje de ser algo instantáneo en este rescate documental.

En la discusión sobre sus límites, muchos etnomusicólogos, como Bruno Nettl y Melinda Rusell (1998), han encontrado que las antipodas de la improvisación puede verse representada en la propia lectura de una partitura y en su efecto de interpretación-lectura, mientras que al tocar-ejecutar se levanta aquí una historia que nos habla de otro universo de creación musical, cercana a la reflexión que se da en las ideas filosóficas.

En la improvisación existe indeterminación. Sin texto, el discurso circula gracias a canales como la oralidad que procede a analizar desde una vertiente estética y experiencial. Atendiendo con ello a dar fórmulas de improvisación sobre el marco cultural, que es textual y aparece desde la experiencia que toma como vehículo al cuerpo. Esta realidad lo acerca a lenguajes familiares como los de la música popular y las músicas creadas a partir del siglo XX, reconociendo que existe una “conciencia preparatoria», aún considerando lo instantáneo que estaría ligado a la separación activa que existe entre cuerpo y mente.

A pesar de la posibilidad de generar trabajo en solitario, existe una gran tendencia de los improvisadorxs a crear en colectivo, vivenciando la experiencia relacional que ofrece el trabajo musical, aquí se activa su rol de exploradorxs sonorxs, aportando su bagaje cultural, musical y vital, donde afloran las búsquedas expresivas, sobre los distintos paisajes sonoros que habitan o transitan, ofreciendo una variedad de posibilidades sonoras, que escarban en técnicas y matices tímbricos donde se dan intercambios culturales y lingüísticos. La ejecución de estos encuentros, formulan perspectivas narrativas forjadas en decisiones rápidas e inesperadas que dan cohesión a la oportunidad expresiva del conjunto.

Existe una lectura acerca del proceso comunitario resultante a partir del ejercicio de la música de improvisada, que relata la construcción de espacios utópicos a través de la práctica, donde no hay lugar para las jerarquías y las competiciones, cultivando principios que se escapan al sistema de control o subordinación musical o social del mundo material.

Desde su proceso psicológico, Kulh (2007), define esta experiencia como un viaje, a través de términos metafóricos físicos y mentales que pueden ser analizados como una historia, plasmada en una variedad de mapas mentales.

Para Jeff Pressing (1998), el proceso de aprendizaje de lxs improvisadorxs parte del desarrollo de grandes habilidades desde un punto de vista neurológico; la adaptabilidad, la eficiencia, la flexibilidad, la expresividad y la fluidez, además de la coherencia y la inventiva. En este proceso se consiguen automatizar algunas funciones motoras, olvidándose de pensar en los movimientos que han de hacer para conseguir algunos resultados musicales, algo que ofrece la posibilidad de concentrarse en los aspectos expresivos de la música; la textura, la forma, la articulación, la dinámica, la emoción, etc.

Algunxs artistas, ven en la creación-composición, una fórmula para revertir códigos, relaciones y roles. Hablamos de utopía en su actuar, por el ejercicio libre y solidario que ofrece el juego de la improvisación, el que también está relacionado con la libre asociación y el nomadismo, donde algunos músicos actúan de forma itinerante, se unen para trabajar de forma espontánea, sin tiempos, ni compromisos, sin cerrarse a la posibilidad de permanecer de forma estable en conjuntos o agrupaciones musicales. A través de la improvisación se aceptan y se disuelven las diferencias, por lo que se puede establecer un diálogo entre las culturas.

Berliner (1994) describe que el lenguaje improvisorio se define por el uso compartido de ciertos patrones melódicos que definen una lengua común. En este intercambio se ofrece una comunicación similar a una conversación con unx mismx, y con lx otrx. En lecturas como el Jazz, se conversan a través de rasgos musicales, desde conflictos de identidad; político-raciales. La mezcolanza, ofrece la aparición de nuevas tecnologías, asociadas a instrumentos tradicionales, instrumentos elaborados por los propios músicxs, uso de técnicas extendidas y convencionales.

La filosofía de la improvisación habla en favor del igualitarismo, considerando que el individuo en la sociedad moderna se encuentra indefenso ante la inmensidad de sus fenómenos.Este tipo de prácticas artísticas buscan revalorizar lo colectivo, a través de la escucha y el diálogo común.

Lukax Santana

Viña del Mar, Chile

Natural de Viña del mar, improvisador de larga trayectoria, ha dedicado más de más de treinta años de experimentación sonora dentro y fuera de Chile. A principios de los años ochenta, fundó conglomerados musicales como “Quilombo Espontáneo” en Inglaterra activos por más de veinte años. Agrupación pionera que ha participado en numerosos festivales, eventos y giras por Europa. Lukax, ha colaborado con una larga lista de improvisadores como: Peter Cussack, Alquimia, Lol Coxhill, George Haslam, Toto Alvarez, Akemi Kuniyoshi, Lost Parakeets y Outernet, Marcio Mattos, además de Simon Fisher-Turner, Jorge Campos, The Grand Union Orchestra, John Williams, entre otrxs. En la actualidad, entremezcla su trabajo sonoro con los lenguajes del cuerpo; como la danza contemporánea, plasmados en proyectos instalativos, de arte sonoro o colaboraciones musicales con la coreógrafa Carmen Beuchat.

Práctica

Su investigación sonora se encuentra marcada por una perspectiva de escucha de gran cultura musical, que se interesa por la naturaleza intrínseca del sonido. En su infancia transcurren sus primeros encuentros con la percusión, lo que permite su acercamiento a la experimentación musical, de esta forma anticipa algunas señales de su ejecución y sonoridad. Desde la curiosidad de un niño por aprender a tocar un instrumento como la batería, se encontrará por primera vez, con la realidad del “No-instrumento” o la disolución del mismo. Sus abuelos le animan a activar y explorar el sonido metálico que emerge de los utensilios de cocina “dos ollas, una sartén y dos colihues” de donde surgen sus primeros juegos sonoros.

Desde su conocimiento musical, su forma de hacer destila una estética de esencia Punk, sin embargo, sus creaciones nos llevan a una percepción que devela formas sonoras de gran riqueza en matices y dinámicas. De esta forma en su trabajo, el error adquiere valor sonoro, se integra como un ente en un espacio sonoro particular, que aparece con intenciones, sumadas a los ritmos de la improvisación, donde también la vibración es parte de su lenguaje expresivo.

Encarna la experiencia de ser preso político en la dictadura de Pinochet, algo que le llevó a pasar dos años en la ex cárcel de Valparaíso, donde conocería a su amigo Mauricio Redolés. Así, se marchará exiliado a Londres, donde permanecerá por treinta años, gestando varios colectivos pioneros en la música experimental latinoamericana de los años ochenta.

Antes de su viaje, grabó los paisajes sonoros de La Tirana en Tarapacá (1976), para llevarlos de recuerdo, ahora estos registros forman parte de la memoria sonora íntima y colectiva de aquel momento. En Inglaterra, volverá a encontrarse con Mauricio Redolés, y junto con otros artistas e improvisadores se conjugaron proyectos como “Quilombo Espontáneo”. La naturaleza sonora de esta agrupación, distaba con los gustos y movimientos de sus pares en el país. En ese periplo coincidió y colaboró con una larga lista de improvisadores como: Peter Cussack, Alquimia, Lol Coxhill, George Haslam, Toto Alvarez, Akemi Kuniyoshi, Lost Parakeets y Outernet, Marcio Mattos.

Durante este recorrido se hace constante la creación de objetos y la combinación de estos con instrumentos que son simbolizados e interpretados desde otras perspectivas sonoras. Van surgiendo, también otras inquietudes, que le llevan a ser parte de investigaciones que indagan entre los cuerpos humanos y celestiales. Donde surgen discos como “A.L.M.A. Mater” (2016), trabajo que materializa ejercicios de búsqueda sonora; con resortes y metales, que ocurre en el observatorio del desierto de Atacama, poseedor de 69 radiotelescopios interconectados entre sí y dirigidos al inicio del universo.

Lukax siendo un gran registrador de paisajes sonoros, se convierte en un constante de la escena porteña, siendo invitado a festivales de improvisación y artes sonoras como Acéfalo y Tsonami. De esta manera, ha sido homenajeado como maestro en vida a través del proyecto ”A LKXS” (2017), el cual consta de recibir una invitación del colectivo EUNK, y donde se improvisa sobre una base musical perteneciente a los registros de Santana. Ha compartido escenarios junto a bandas como Quimantú, Quilombo Espontáneo e Izzat, en Londres y Lúcuma Estación Receptora de Ondas Sónicas Cósmicas, en Valparaíso. Colaboraciones con diversos artistas, destacando Paul Moss, pionero de la libre interpretación inglesa; David Jackson de la emblemática banda británica Van der Graaf Generation y Mauricio Redolés. En el año 2018, realizó una escultura eólica, “Sus voces siguen cantando”, para el parque cultural de Valparaíso, anterior cárcel en la dictadura. Esta pieza está compuesta de 5.600 frutos de jacarandá que cuelgan en el interior de la ex cárcel porteña, 80 frutos leñosos que están tejidos en 70 cuelgas de 6 metros cada una, lo que significa 200 kilos en total. El artista trató de generar un ejercicio de resignificación de la experiencia y el espacio, donde se dio cuenta de que ambos elementos habían cambiado significativamente. Lukax ha trabajado por establecer parámetros de memoria que enlacen a la sociedad contemporánea con las vivencias de la dictadura: «La historia es algo que no debe olvidarse», ha comentado el artista. De igual modo protestó durante 503 días en Londres, cuando Pinochet fue detenido. Su utensilio fue un tambor y su canto recogido después en el museo de la memoria de Santiago dentro del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos. En 2019, se encuentra una masiva e improvisada orquesta de percusión callejera que ocupaba ollas, cucharones y todo lo que hay para expresarse con una intención. Surgirá de nuevo, un puente sonoro con el disco ‘No estamos en guerra, Chile despertó’, donde recoge los registros del paisaje sonoro del descontento social. Bajó del techo de su casa colocó su grabadora que atendía a la orquesta callejera y empezó a batir platillos y Gongs acompañado de la fuerza que tronaba a su alrededor: sonidos de gaviotas, perros, gritos, silbidos, cacerolazos, helicóptero, puerta y el ‘Todos juntos’ de los Jaivas. Toda una coincidencia que se produce al final de la improvisación y que recuerda la epifanía que en su juventud le provocó ver a los High Bass en el Cine Arte de Viña del Mar. Finalmente, se destacan las colaboraciones junto a la coreógrafa Carmen Beuchat, donde indagan sobre el movimiento humano para luego musicalizar e interpretar “Especie Sola” y ”Primer Gesto”.

 

Ramiro Molina

Santiago, Chile

Compositor e improvisador natural de Santiago, mantiene un gran compromiso con la música liberada. En sus inicios, investigó las posibilidades de la guitarra eléctrica desde las técnicas extendidas, influenciado por el rock progresivo, para dirigirse después a una exploración sonora que le llevaría a adoptar las fronteras del Jazz, como objeto de estudio. Desde el Swing, hasta derivaciones propias como “Jazz Abstracto” u otras como el Jazz de Vanguardia. Ha contribuido con sus creaciones a la historia de improvisación libre, aportando solidez a estas, con un discurso que investiga la evolución de la música improvisada desde “ la creación en tiempo real, hasta el registro de la música viva como obra particular e irrepetible”. Artista constante, presenta una gran trayectoria fuera y dentro del país, donde ha grabado diversos discos, producido festivales de música, participando en ocasiones en proyectos interdisciplinares. Como docente ha impartido clases en la Universidad de Chile, Universidad Arcis, UDLA y Projazz. Fomentando de igual modo la educación independiente acerca de la improvisación a lo largo de quince años.

 

Práctica

Desde la utilización de la guitarra como herramienta no convencional, Molina ha aportado un gran seguimiento a la creación de producciones experimentales, se inicia como guitarrista en el rock progresivo, sin embargo, a los dieciocho años, se integra en “la Hamilton Big Band” (1984), donde comenzó su formación en los rudimentos del Jazz, de la mano del saxofonista ecuatoriano Hamiltón Vela, y otros músicos experimentados de la época. En 1996, fundó “Fedón» grupo experimental, para el que escribiría música para cuarteto, incorporado por una guitarra, un contrabajo, una batería y una trompeta. En estos trabajos aparece el concepto “Jazz Abstracto” una idea que el artista desarrolla, acerca de la transferencia de principios pictóricos provenientes de la plástica abstracta en las estructuras sonoras. Este proyecto, se ampliará en el año 2000, Fedón se convirtió en un sexteto y luego en septeto, para terminar siendo su proyecto principal como solista, aplicando una sección rítmica de jazz y una primera línea de instrumentos doctos de trompeta, saxo alto, trombón y fagot, donde destacó el fagotista Nelson Vinot. En el año 2001, trabajará con el trío de experimental “Turangalila”, desde los diferentes tríos Jazzisticos lideró y escribió música dirigida especialmente para cada solista que lo acompañaba, desde el Jazz de Vanguardia y la improvisación libre. Conjunto surgido de la unión de Ramiro con Edén Carrasco cuando entran en contacto en el taller de Martin Joseph, Junto a Andy Baeza, donde en 2004 también participa el saxofonista improvisador Alejandro Rivas. Turangalilla” ofrece la posibilidad a Molina de consolidarse como guitarrista experimental e intuitivo improvisador; que desde la guitarra preparada, plantea nuevas afinaciones que dan lugar a sonidos que forman parte del marco conceptual de su obra. En 2005, inicia avance y desarrollo, sobre la improvisación libre “ libre y total”, aquí tras el término de su colaboración en ensambles, junto con Daniel Navarrete y Nicolás Ríos. Para el desarrollo y difusión de la improvisación libre surge en la ciudad de Santiago, Piso 3, espacio fundado por el músico en 2009, junto a la compositora Karla Schüller y el percusionista Roberto Zamora, donde se ofreció una programación semanal, pieza importante del panorama experimental del momento, donde se dieron numerosos ensambles y asociaciones, entre las que destacan la colaboración de Cristián Espiñeira, Daniel Navarrete, Andy Baeza , Felipe Candia y Nicolás Ríos. De estos encuentros surge el colectivo de improvisación libre, “ Tiempo Real” conformado por músicos como; Raúl Díaz, Lorenzo Román, Edén Carrasco, Sebastián Carrasco, Nicolás Ríos, Daniel Navarrete y Fernando Mancilla, con la idea de producir programa y pensamiento sobre el campo festivales, encuentros, talleres, debates, publicaciones, etc. En Paralelo junto a Nicolas Rios y Navarrete aparece el disco experimental SCHFRTK (2008), considerado un manifiesto sobre la improvisación libre hasta el momento. Al calor de Piso 3 (2009), se dieron múltiples combinaciones con otros lenguajes escénicos como la danza, en paralelo siguió colaborando con solistas y numerosos proyectos, fruto de ello, se da el disco a dúo con la Amanda Irarrázabal, “Al tiro” (2013). Así como la continuación de ensambles, que le ofrecieron explorar el concepto “ Improvisación total”, inspirado por la lectura de “Improvisación; su naturaleza y su práctica en la música” (1999), del músico inglés Derek Baley.Rabdomante (2010) es el trabajo donde se aprecia el desarrollo de este concepto, realizado en el trío RAM, compuesto por Angelo Cassanello (trombón) y Matías Mardones (batería), será llevado después a festivales de improvisación en Buenos Aires y Recife. Las conformaciones musicales de Ramiro Molina, van transformándose a la sazón de apertura de los conjuntos a nuevas incorporaciones o búsquedas sonoras, en el caso de RAM, en ocasiones será cuarteto, combinando trombón y chelo junto a la columna vertebral de guitarra eléctrica y batería, con la entrada de Isidora O’Ryan (cello) y Nicolás Ríos (batería). El lenguaje musical de Ramiro, y el desarrollo de la improvisación, se puede observar en su totalidad, desde las publicaciones en colaboración como; como Bonzo (2012), Nebula memoria (2014), Unseen seas (2016), La bastardilla es nuestra (2017), Atractor extraño (2017), Subitáneo (2017), Sizigias (2018), Inminente (2019) y Subitáneo / neotáneo (2020). Desde sus numerosas creaciones, se ha desarrollado el discurso de la improvisación en Chile, evolucionando desde una idea, sobre la cual la música improvisada mantenía la necesidad de deberse a “un tiempo y espacio concreto”, y por tanto fugaz, para abrirse al registro fonográfico, mientras sucede y que permite rescatar esta “obra pura y viva”. Para ello el artista incorporó a su práctica protocolos de grabación, de sus numerosas expresiones; trabajos solistas, ensambles y diálogos cara a cara. Aquí se pueden observar una línea de registros en discos como; «Unseen seas», «La bastardilla es nuestra», «Atractor extraño» y «Sizigias», donde presentan a improvisadores como el noruego Frode Gjerstad, los chilenos Lorenzo Román y Amanda Irarrázabal, y el argentino Luis Conde, su contraparte en “Subitaneo”. Pieza que desde la que se puede observar los alcances de sonido; materia y textura, suma de voces de guitarra eléctrica y saxofón, intervenido con herramientas electrónicas, sampler, loops y procesos. Ramiro, ha dejado escritas sus reflexiones en textos como; “ De la improvisación” o “Más reflexiones acerca de la improvisación”, en referencia a las experiencias vividas en Piso 3, donde observamos revelaciones acerca de la intimidad de la práctica.

 

Amanda Irarrázabal

Contrabajista, vocalista, improvisadora y compositora, son términos que presentan a la artista Amanda Irarrazábal, natural de Santiago de Chile que recoge las influencias de ciudades como Buenos Aires (2008-2017) y Ciudad de México (2018-2020) donde vivió y creado largas temporadas, antes de volver a su país de origen. Formada en varios instrumentos por la Universidad de Chile, como son el contrabajo y el bajo eléctrico, se especializó en Buenos Aires en 2008, donde retoma el estudio del contrabajo y se involucra en la composición en el Conservatorio Manuel de Falla.

Práctica

Desde sus inicios ha mantenido una fuerte curiosidad por la música experimental, recibiendo formación como intérprete clásica, para atravesar tendencias como el Jazz contemporáneo o la improvisación libre, sus reflexiones sobre la creación la han llevado a preguntarse e investigar sobre la “canción” como concepto convencional, propuestas como “Caudal” (2020) álbum grabado en México, nos demuestran su exploración.

Formada en el contrabajo en la Universidad de Chile con Alejandra Santa Cruz y también en el bajo eléctrico por Jorge Campos en sus inicios, Irarrázabal alternar espacios de la música contemporánea, la fusión y el jazz integrando, de donde emerge un temprano trío liderado por el pianista Álvaro Jiménez a mediados de los 2000.

En 2008, se marchará a Argentina para estudiar contrabajo y composición en el conservatorio Manuel de Falla de la ciudad de Buenos Aires, donde permanecerá una década trabajando en ambientes musicales del tango. En sus sucesivas visitas a Chile se incorporó a los ambientes de vanguardia, de los que nunca perdió el contacto con sus compañeros locales. En esta línea encontramos sus primeras colaboraciones; el ensamble de improvisación Tárabust, o su participación en las programaciones de conciertos de Piso 3, -espacio fundamental para la escucha de músicas experimentales de la época-.

Durante el 2013, publica “Al tiro”, trabajo en dúo junto con el guitarrista e improvisador Ramiro Molina. Aquí se puede observar un desarrollo del uso del contrabajo en distintas facetas: Una acústica y limpia que convive con la procesada a través de efectos de sonido. La exploración de la voz, como instrumento se encuentra presente en su trabajo, desvinculándose del canto, algo que pone en funcionamiento en sus improvisaciones libres como herramienta identitaria.

Durante su etapa Argentina, integraba el quinteto Calle Tango, se observa un periodo de efervescencia creativa, donde lanza una serie de proyecto con una diversidad de músicos y líneas de trabajo que va desde la composición a la improvisación más decidida: Máquina solar (2013), con el guitarrista argentino Wenchi Lazo; Arde (2016) y La corporación (2016), en formato de distintos tríos; Dactilar (2017), en cuarteto; Rerum Novarum (2017), en trío; Sizigias (2018), nuevamente en dúo con el guitarrista Ramiro Molina; e Inminente (2019), con un elenco de improvisadores chilenos alrededor del músico japonés Otomo Yoshihide. En (2020) surge Caudal, un álbum grabado durante su vida en Ciudad de México, donde se trabaja el tratamiento de la voz, contrabajo y procesado en algunos momentos. Aquí se da lugar a la improvisación libre y a las técnicas extendidas, se mueve entre las fórmulas acústicas y lo eléctrico; desde efectos con el contrabajo y sintetizador analógico.

Le siguen trabajos como ‘Totoral’, serie que trabaja el diálogo entre las imágenes y el sonido, como archivos personales que ha ido confeccionando la artista, que intervienen en la percepción que ocasiona la intersección entre lo real y lo abstracto. Este trabajo recoge grabaciones de campo, junto a la aparición de instrumentos convencionales, procesados y análogos. “Dactilar” es un pequeño ensamble de cámara; de música compuesta con un formato particular, dos guitarras acústicas, un cello, instrumentos percusivos, de gran variedad de texturas y melodías configurando un trabajo altamente personal, que genera confusión entre la improvisación libre y momentos de composición cuidada. Un trabajo generado entre varias ciudades, Buenos Aires, Santiago, Valparaíso.

Entre sus múltiples colaboraciones forma “Cátodo Dúo” unión musical que realiza con Ramiro Molina, haciéndose cargo de la guitarra eléctrica y procesos, contrabajo y procesos con la artista, de donde se producen trabajos como “Al tiro” o “Sizigias” (2018).

 

Isidora Edwards

Rancagua, Chile

Artista natural de Rancagua, dedicada a la improvisación y la composición, desde su instrumento el violonchelo. Isidora ha realizado un MMus en Práctica Creativa de Goldsmiths, Universidad de Londres, un BMus en Interpretación Musical de la Universidad Católica de Chile. Es becaria de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo de Chile. Actualmente es investigadora de doctorado en música en Goldsmiths. Ha participado en festivales de música experimental y danza contemporánea a nivel mundial, de forma solista, en colaboración con artistas multidisciplinarios y distintos ensambles: Ars Nova Festival Ravensburg, Dara String Festival Berlin & Cologne, Dança à Deriva Brasil, Gráfica Génesis Series, Costa Rica, Ende Tymes Festival of Noise Nueva York, Suture Soven, Soven, Iklectik Ballistik, Londres, WinterSound Festival, Canterbury.

Práctica

Su trabajo se basa en la investigación de las posibilidades sonoras del violoncello, pensado como una geografía llena de fisuras y ocultos rincones. El roce, la presión, los armónicos, los golpes, la intervención con objetos en las cuerdas, búsqueda de melodías y timbres, transforman su instrumento en un cuerpo poético que busca un relato en el sonido. Sus intereses se centran en la búsqueda sonora a través de la improvisación; en los terrenos de la danza, el movimiento, la voz humana y sus relaciones filosóficas con el espacio, el tiempo y el público. Actualmente explora de forma activa la intersección entre performatividad, materialidad e imaginación en el sonido desde una perspectiva feminista. Como solista y en colaboración con artistas multidisciplinarios y ensambles Isidora ha participado en festivales de música experimental y danza contemporánea a nivel mundial.

Dentro de sus proyectos encontramos una larga lista entre los que se encuentran: “Solo” obra que estudia las posibilidades del roce, realizando un trabajo de concentración y estudio donde se el espacio habitado por el sonido trasciende al lenguaje propio, y concierne a un estado bruto de la comunicación. El instrumento es llevado aquí a su estado salvaje, contradiciendo la propia esencia de su voz interna, de su yo.

«Asalto a la realidad», es proyecto realizado junto al director de cine Rolando Opazo, donde se plantea la presencia del instrumento en espacios de extrañamiento llamados “Asalto a la realidad”, un puente junto al río Mapocho, una piscina vacía en invierno, el último vagón de metro del día, asumidos como una realidad aumentada y una extensión de nuestros cuerpos. «Gorgona» trabajo sobre la exploración y encuentro del lenguaje de la danza y el sonido junto a la investigadora y bailarina, Paula Sacur, articula una atmósfera donde ambas fórmulas expresivas se desconocen los roles y se irrumpe en los límites entre cuerpos y órganos que vibran, suenan, se desplazan, guturales y no discursivos. Ejercicio inspirado en el mito griego de la Gorgona y Pandora, desde las reflexiones de Julia Kristeva, donde se puede observar; “Un estado humano, bestial, femenino y presente que nace a partir de la simpleza y la precariedad.”

«Ilegítimas», dúo compuesto por la artista, junto a la contrabajista Elsa Bergman, donde ambas exploran las conexiones entre ambos instrumentos, donde surgen ideas colectivas y lazos en tiempo real.

«Paisajes» es la construcción escénica de dibujos corporales y sonoros que representan cierta extensión del terreno corporal femenino que dialoga en distintos niveles, posicionándose desde una mirada lúdica e irónica, visitando distintos clichés del rol femenino. Se manipulan los clichés como la inocencia, la feminidad y la vulnerabilidad, convirtiéndolos en herramientas de poder.

«Poesía Doméstica» es una serie de colaboraciones con el director audiovisual Rolando Opazo residente en Chile e Isidora Edwards, residente en Reino Unido. Trabajadas a partir de sonido puro o de imágenes, creamos ensamblajes donde dialogan flujos, corrientes, ritmos, lo estático en movimiento. Aquí se utilizó un registro visual- documental de la Patagonia Chilena junto a una composición electroacústica, hecha con un Crackle Synthesizer de 1970 grabado en Electronic Music Studios, Goldsmiths, y ondas electromagnéticas capturadas de dispositivos domésticos.

Ha integrado ensambles como el Taller de Música Contemporánea UC y el Proyecto Ensamble Nuevo de Goethe Institut. Ha participado en festivales de música contemporánea y experimental tales como Festival Ars Nova, Ravensburg, Ende Tymes Festival of Noise, New York, Mopomoso Concert Series, Londres, Iklectik Ballistik, Londres, Multiversal, Londres, Danca a Deriva, Sao Paulo, Acéfalo Festival, Valparaíso. Como compositora ha creado la música para los montajes escénicos de danza: “Paisajes”, de la coreógrafa Paula Sacur y “Un uno de a dos” de la coreógrafa Teresa Prieto.

Cesar Bernal

Es Licenciado en Música de la Universidad de Valparaíso, ha realizado estudios en Gestión Cultural en la Universidad Alberto Hurtado, Postítulo en Composición en la PUCV y actualmente cursa el Magíster en Interpretación en la Universidad de Chile. Como compositor y contrabajista, está relacionado a la música experimental, improvisación libre, rock de vanguardia, música contemporánea y prácticas interdisciplinarias. Miembro fundador de Cola de Zorro, ensamble f(r)actura, Dúo Scelsi (contrabajos), EUNK Colectivo, Dúo YonX y Sello Modular. Siendo intérprete ha trabajado con importantes compositores en la creación y estreno de música nueva para contrabajo, con una mirada actual de la técnica y estética del instrumento. Además, se ha presentado en festivales de Chile, Argentina, Perú, Brasil, España, Francia y Alemania.

Práctica

Contrabajista y bajista eléctrico, dedicado a la creación e interpretación de música actual. Cesar, Investiga acerca de las estéticas que intervienen en la experiencia de la improvisación libre, donde ha combinado tendencias como la música experimental, post rock, música contemporánea, poniendo en marcha sus ideas en agrupaciones y colectivos como; Cola de Zorro, Colectivo EUNK, Ensamble F(r)actura, Dúo Scelsi (contrabajos). Con YonX y Sello Modular – dúo chileno/alemán con Nikola Lutz, se entremezclan con la danza, teatro, medios audiovisuales, en cuanto se refiere al tratamiento de la música nueva, toman el campo de la notación gráfica, la indeterminación a la búsqueda de mundos sonoros, únicos e irrepetibles. En Alemania ha ejercitado su puesta en escena, es en Stuttgart donde realiza conciertos, grabaciones y masterclass. Su trabajo compositivo ha estado relacionado principalmente al contrabajo solo y ensambles de ellos, música de cámara, ensamble de percusiones, guitarra sola, además de una activa creación para video arte, cine, teatro y danza contemporánea explorando emociones como la pérdida, la despedida, el vacío y la muerte, generando grandes reflexiones sonoras sobre la memoria y sus procesos. Se ha presentado en importantes festivales de Chile, Argentina, Perú, Brasil, España, Francia y Alemania.

Dentro de sus trabajos podemos escuchar discos como; Perros de Lince (2016), realizado durante un encuentro en Perú, entre los músicos Mirko Lupis – voz y sonidos procesados, Fraco – Piano eléctrico, Teté Leguía – Bajo eléctrico, Martin Escalante – Saxo, César Bernal – Contrabajo.

Memorias de Otoño (2017), (2020), Disco en el que se acunan recuerdos y estados de ánimo, a partir de sonidos de contrabajo como gritos desgarradores que bajan al infierno para encontrarse con la esencia misma, el encuentro con los ancestros donde se cruzan los tiempos.

Memorias de las sombras (2018-2020), alegorías de la memoria y su síntesis; “La negación de la forma, energía que transita en el tiempo y la materia, que revive en una memoria, que se anida en el espacio, que existe en el metafórico silencio”.

HMNJ, contrabajo y composición, (2020) donde se activa la frotación del contrabajo sobre otros elementos experimentales, en un ejercicio colorista sobre la tonalidad oscura de una paleta musical: Negro sobre gris, Negro sobre negro, Negro sobre Purpura, trabajo inspirado en los trabajos de exploración sonora con su amigo Gabriel Canales, al que homenajea en su partida.

Dónde termina (2021), un estudio de ruido sobre mezcla de técnicas extendidas, electrónica; drones y sintetizadores, activación de glitch, con instrumentos como el bajo el eléctrico, y la suma de elementos procesados que él ha definido como un encuentro con la infancia, donde encontramos emociones y resonancias del pasado.

Colectivo NO

Agrupación de artistas itinerante y espontánea dedicada al ruido, fundada en el año 2004 por Ervo Pérez y Ariel Toro, alrededor de la idea de “Dúo No”, para convertirse en una experiencia de integración de numerosos músicos que acuden a las convocatorias para generar juntos una pieza de improvisación libre ruidista de distintas tendencias y matices. Desde su inicio hasta la actualidad, ha desarrollado cinco olas de colaboradores, de las que surgen numerosas publicaciones editoriales, conciertos y festivales.

Práctica

Surgidos del dúo No, formado por Ariel Toro y Ervo Pérez – fundador del sello discográfico – Productora Mutante, – “el coleto” como se conoce entre sus miembros, es una experiencia de gran envergadura construida a la par por la filosofía y el potencial sonoro que cada integrante atrae a la improvisación libre ruidista colectiva. Bajo el emblema e imagen de la ballena, símbolo que visualiza la aparición de magnitud sonora, los grupos de afinidad artísticas que lo han compuesto se han ido sucediendo de forma espontánea generando distintas olas.

En las primeras intervenciones se combinaban grandes masas de ruido, que emergían de la manipulación de instrumentos intervenidos o la práctica de técnicas extendidas, así como el uso del recurso de manipulaciones electrónicas; samplers, micrófonos de contacto, sintetizadores, para más tarde en su evolución, combinar estas sonoridades con la aparición de Circuit Bending, construcción de aparatos e instrumentos para su muestra y uso en colectividad, así sucede en la última Ola con “el reclamofono”.

Su filosofía invita a adoptar los espacios comunales de ejecución como “espacios seguros”, donde los miembros están de acuerdo con conductas de retroalimentación, conexión y respeto por la práctica y sus integrantes. La versatilidad del colectivo los ha llevado a convocar actuaciones espontáneas y concertadas en una multitud de espacios, de orden liberado, abiertos, centros de vecinos, centros expositivos o museos. Al quedar exento de normas convencionales, la espontaneidad, ha generado resultados de múltiples texturas que circulan por tendencias como el ruidismo, la electrónica, la música progresiva, el free jazz. Contemplando actuaciones donde la participación conforma a un gran número de miembros, o incluso donde solo uno ha aparecido al evento.

Sus producciones se encuentran registradas en la publicación de distintos discos, que nos ofrecen la posibilidad de ir leyendo evoluciones, texturas y cambios de matices sonoros: Harte Cago (2006), La Gaia Contracultural (2007), Simbiosis (2008), Cañaveral (2009), Mar en Jerusalem (2019), Peregrinaciones (2019). Concierto a beneficio de Gustavo Gatica (2019), 36 Sonidos en Pandemia (2020), Gran Ensamble Coletazo en los Tilos (2021), Fuego en la Dignidad (2022), Lanzamiento “ La 4ta Ola”(2022).

Su largo recorrido se ha generado una nutrida nómina de artistas participantes involucrados en la circulación espontánea de 2005-2022; Ariel Toro: Sintetizador, Teclados y Sampler, Pedro Antivil: Sintetizador, Teclados y sampler, Julio Cortes: Saxofón, Bajo y Voces, Daniel Llermaly: Bajo, Guitarra, Batería, Cristian Sánchez: Sintetizadores, Flauta y Ocarina, Carlos Reinoso: Circuit Bending y Micrófonos de contacto, Cristian Solar: Guitarra, Ekain: Medium, Mc Abdulla: Saxofón, Francisco Rodrigo: Saxo y Voces, Adrián López: Ruidos vocales y elementos físicos en percusión, Andrex Montero: Bajo, Sebastian Tapia: Guitarra Eléctrica, Alvaro Araya: Bajo, Rodrigo Maturana: Clarinete y Loops, Agnes Paz: Theremin, Electrónica, Lucina Toro: Charango, Voces, Theremin, Christian Delon: Piezo Eléctrico, Retroalimentación, Objetos y Casio VL-Tone, Cristian Pinto: Trompeta y Efectos de Voz, Antonia Valladares: Batería, Francisco Morales: Batería, Sebastián Villegas: Trompe, Samplers y Sierra eléctrica, Daniel Riquelme: Atmósferas Electrónicas, Jorge Silva: Guitarra, Grabación y Mezcla atmosférica, Constanza Rojas: Arte y sintetizadores, Nelson Carson: Teclado, Travis Hill: Reproducción y Edición, Ervo Pérez: Medium, Batería, Circuit Bending y Oscilaciones, Diego Luncumilla: Saxo Tenor, Saxo Alto, Batería, Sebastián Fernández: Performance Experimental, Cristóbal Díaz: Sampler, Miguel Hernández: Guitarra, Efectos y Objetos, Hanz Fonfach: Guitarra Acostada, Trompeta y mesa con sonaja, Pintocabezas: Longuin, Percusiones fabricadas, Melódica, Flauta y voz, Mónica Salinero: Letras, voces y megáfono, Ronnie Latorre: Baterías, Guitarras y voces, Moro Maxwell: Saxofón, Trompeta, Tomás Gubbins: Guitarra, Lukax Santana: Percusiones, Raúl Díaz: Batería, Gabriel Cartes: Sintetizador, Paula Barouh: Voces, Michel Leroy: Sintetizadores, Fernando Godoy: Batería, Cristóbal Loader: Bajo.

En Microcuraduría de archivo #5 Músicas Improvisadas, hacemos un breve recorrido por las experiencias de cinco artistas chilenxs, desde los aportes y gestos sonoros que territorialmente han legado a esta disciplina, algo que podemos comprender en la obra de Lukax Santana, gracias a la capacidad de sensibilización y reafirmación de la memoria sonora, en ejercicios artísticos que forjan puentes en nuestra historia contemporánea. Sus experiencias se movilizan en la exploración de nuevas sonoridades de objetos, prácticas y vivencias colectivas. La búsqueda sobre la materialidad y efecto de la improvisación sonora de Ramiro Molina, nos ofrece la posibilidad de conocer los márgenes existentes en estéticas sonoras como el free Jazz, o su desarrollo “Jazz Abstracto” con la guitarra eléctrica puesta en marcha de forma no convencional. La creación en tiempo real, como recurso para Ramiro, ofrece un lugar a la obra único e irrepetible, que avanza en su aportación teórica en la posibilidad de soportar la composición espontánea, sin perder su esencia. Amanda Irarrázabal, nos atrae con el nomadismo y la multiculturalidad de sus creaciones, el estudio y redefinición de “la canción” como concepto, ha sido, su trabajo reflexivo y práctico, desde la exploración del contrabajo, camina entre tendencias y países como; Argentina, México y Chile, que se entremezclan la investigación acústica y el uso la voz como instrumento.

El estudio de las posibilidades del Cello es pensado por Isidora Edwards, como una geografía llena de fisuras y recovecos, donde reflexiona acerca del espacio, tiempo y escucha, que lo comprenden, para imaginar y manipular su materialidad desde una perspectiva feminista, haciendo de su instrumento un cuerpo poético. De otro modo, Cesar Bernal, explora un colorismo sonoro, realizando a su memoria personal, donde se aúnan colaboraciones con movimiento escénico y sonidos del ambiente, en una constante definición de mundos indeterminados desde el contrabajo y el bajo eléctrico en la creación de la música nueva. Para finalizar por las aportaciones de Colectivo NO, con la imagen del gran mamífero como metáfora magnitud que aparece en su práctica ruidista, nos recuerda la liberta e itinerancia que envuelve la práctica de la improvisación sonora, donde es posible permanecer en consistencia, mientras sus miembros se intercambian sin alterar el evento sonoro que los ha convocado por años, en una conversación noise de grandes matices y texturas, donde se tienden puentes de afinidad, comunidad y experimentación.

Lukax Santana

Performance en el Encuentro de sonido y música experimental en Matucana 100
Santiago / Chile, 2016

Proceso de obra

El artista ofreció una performance sonora, dentro del marco del Festival de Sonido y Música Experimental celebrado por Sónec, Sonoteca en el Centro de Arte Matucana 100, en el año 2016. Su intervención estuvo caracterizada, por una serie de ejercicios de percusión, frotación y manipulación de instrumentos de percusión asiáticos como el Hang o el Gong en combinación con sonidos grabados y manipulados, junto a la reutilización de objetos reciclados; latas, muelles, así como piezas de cocina; batidoras manuales de sonido metálico y ligero, botellas sopladas, juguetes pulsados. En la materialidad sonora, se distingue una gran masa de sonidos metálicos de distintos matices, sonidos soplados de cristal y frotados con elementos instrumentales metálicos de gran vibración familiares al oído.

Material Complementario

A day in a life. Grabación de campo / 2013

album-art
00:00

Ramiro Molina

Paktrlr
Chile, 2008

Paktrlr / 2008

album-art
00:00

Proceso de obra

Disco Schfrtk considerado un manifiesto principal sobre la improvisación sonora, donde aparece el concepto de Improvisación total, en una obra realizada por el guitarrista experimental Ramiro Molina, junto a Nicolas Rios, y Daniel Navarrete. En esta pieza, encontramos sonoridades familiares que podrían emplazar su sonido a la ejecución musical dada en trío de jazz, sin embargo de él emerge una libertad interpretativa, que da lugar al desestructuramiento. Aparecen y se difuminan ciertos parámetros de la reconocida y tradicional armonía, sin hacer alusión a reglas tonales o juegos armónicos. La obra, se construye a través de líneas espontáneas, proyectadas y manipuladas, a la sazón de la aparición de juegos rítmicos y tímbricos que encuentran su origen en la imaginación de carácter efímero, que se da en las composiciones en tiempo real. En este caso registrada, para su revisión en un disco. Cada elemento sónico de este discurso musical, sufre una trasposicion ante su ejecución o escucha convencional. Ejemplo de ello, son el uso de guitarra intervenida o una escobilla de lavar ropa, algo que nos muestra la inherente frescura con la que se muestra la materialidad del sonido, en las creaciones experimentales, en tiempo real, como elemento de su esencia formal.

 

Material Complementario

Cuarteto Ram-Nómada / 2013

Amanda Irarrázabal

Termómetro
Chile, 2023

Termómetro / 2023

album-art
00:00

Proceso de obra

Termómetro, es un tema incluido en el disco Desprendimiento (2020), que la artista realiza como solista dedicado a la práctica de la improvisación libre, como contrabajista virtuosa, sostenida por una gran calidad de efectos y eventos en su práctica, así como la calidad de su timbre, el fraseo, gestos y contorno melódico. El disco, emerge de las experimentaciones domésticas, acontecidas durante su período de México a partir del año 2020.
En este tema encontramos frotaciones irregulares propias de la técnica extendida, combinadas con un uso más melódico del instrumento, acompañado de la voz de la artista, junto a sonidos guturales de alta intensidad.

Material Complementario

Improvisación 1 con Emilio Cruz y Ernesto del Puerto / 2021

Isidora Edwards

Festival Dara String
Berlín / Alemania, 2008

Proceso de obra

Performance registrada durante el festival Dara String Festival en Berlín 2019, aquí Isidora interpretó una ejercicio de improvisación libre donde interviene la voz y su instrumento el cello en la búsqueda de sonidos extendidos y técnicas convencionales, la narrativa alterna juegos melódicos, usando el arco de forma convencional- con sonidos experimentales y una voz en proceso que va alterando su vibración, donde aparecen silencios, pausas y efectos estridentes provocados por la acción de deslizar los dedos sobre la cubierta del instrumento. En este festival la artista pudo colaborar en un trío de improvisación con artistas como Nina de Heney, Biliana Voutchkova. Festival que ofreció la participación y cruce entre géneros, reuniendo a artistas internacionales de diferentes orígenes musicales.

Material Complementario

Performance en EMS TV / 2022

Cesar Bernal

Improvisación Movimiento y Sonido
Valparaíso / Chile, 2016

Proceso de obra

Improvisación grupal realizada en el Café Trabalenguas, en la ciudad de Valparaíso, donde se combinan la música experimental, el movimiento y la alteración de sonidos.
Aquí el artista articula el instrumento de distintos modos; conviven frotaciones y alteraciones. Se conjugan elementos de cafetería, con los instrumentos musicales tomando como resultado distintos sonidos, timbres, texturas y dinámicas, gracias a que son tocados y experimentados en fórmulas expandidas. Observamos aquí, un movimiento escénico, es libre, no obedece al cuerpo coreográfico instaurado en una estructura, encontramos danzantes que son parte del tejido efímero de la obra.

Material Complementario

Improvisación solo en Youth Experimental Studio, Y.E.S. / 2016

Colectivo NO

Concierto en Centro Nacional de Arte Contemporáneo de Cerrillos
Santiago / Chile, 2018

Proceso de obra

Concierto del Colectivo No, celebrado bajo el marco de convocatoria de Sonéc Sonoteca, para cerrar la presentación de la Estación Archivo Móvil, en su llegada al Centro Nacional de Arte de Cerrillos, en la ciudad de Santiago, durante el año 2018.
La performance presenta una propuesta de improvisación libre ruidista en conjunto, representada por una masa mayoritaria de percusiones, vientos, guitarras puestas en funcionamiento por; Alvaro Araya, Miguel Hernández, Antonia Valladares, Ervo Pérez, Cristian Pinto, Cristian Delón, Tomás Gubbins, Francisco Morales.

Material Complementario

Lo que dejó la ola / 2022

album-art
00:00